LÁGRIMAS.
Sientes como asoma la primera al exterior. Tímida pero decidida, abriendo paso a las demás que necesitan salir para oxigenar el espacio donde guardas los sentimientos, generando la catarata que desde tus ojos, resbala por tu mejilla surcando la comisura de tus labios, formando un río en el valle de tu pecho que desemboca en el mar de tu regazo.
No sabes de donde salen pero brotan sin parar como un manantial liberador de emociones que arrastra todo a su paso anegando tus ojos, enturbiando tu mirada, surcando tu cara. Limpian la atmósfera de tu alma mientras desatan una tormenta en tu mente y provocan un terremoto interno con epicentro en tu corazón.
Son necesarias pero nunca las buscas. Llegan aunque no las llamas. Se presentan cuando no las esperas, no se molestan en pedir permiso, avisan solo cuando su llegada es inminente e irremediable y no se preocupan de preguntar si son inoportunas. Les encanta actuar en público aunque sepan que te sientes vulnerable con su espectáculo.
Encargadas del servicio de limpieza interior, son eficientes con su trabajo y despejan el trastero sabiendo que van a dejar la entrada principal hecha un asco, sin importarles que tengas visita.
Sean fruto de felicidad, alivio, tristeza, impotencia, dolor, miedo, pena, alegría, desamparo, liberación, opresión, incertidumbre, resignación o rabia, suelen presentarse Inoportunas, eficientes, inesperadas, incómodas, delatoras, estrategas, silenciosas, elocuentes, temperamentales, caprichosas, pero siempre necesarias.
Amigas y fieles compañeras, las lágrimas.
Mag (Miguel Ángel Garrido)
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