¡Cuántas veces ansié no ser yo!



 ¡Cuántas veces ansié no ser yo!

Aún así, de las guerras salí airosa, de las tormentas solo mojada y después de ellas, tal como debía suceder, el sol volvió a salir.

Siempre hubo pan en la mesa, no me tapó el agua y elegí los caminos.

La música de mi corazón siguió sonando.

Todo sucedió como debía suceder,

en todo este tiempo, mi espíritu como el junco se dobló pero, nunca se quebró.

Me alisto para una nueva aventura.

Renuevo mis sueños.

Dejo a un lado lo que ya no sirve

y con la mejor de mis sonrisas me presto a salir


Comentarios