Un día cualquiera en la farmacia de tu barrio.


 

Dos solteronas tenían una farmacia heredada del padre. Un día entra un hombre y pide un condón. Una de las mujeres le saca uno talla 42.

-No, es pequeño- aclara el hombre.

Le saca uno talla 44.

-No, creo que todavía es pequeño.

Saca y saca, y la última talla que le queda es un 50, pero el tipo insiste que no, que es pequeño. Entonces, la mujer, dirigiéndose al interior del local, grita:

-Hermenegilda, el señor necesita un condón talla 52 y ya no nos quedan, ¿Qué le ofrezco?

-¡Casa y comida y la mitad de la farmacia!- exclama Hermenegilda desde el interior.


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