Le he escrito muchas veces al cielo.
Le he escrito muchas veces al cielo, y otras simplemente se me ha quedado en la cabeza todo lo que necesito decir y no puedo. Hay veces que sientes tanto que no sabes cómo expresarlo.
Creo que hoy es una de esas veces, pero me he decidido intentarlo.
Con el paso del tiempo me he dado cuenta que hay personas que aunque ya no estén, jamás se van. Y no, no es lo que se suele decir… He descubierto que esas personas antes de irse dejaron un montón de huellas para que nos las encontremos cada día, para que recordemos que siguen aquí y que no se han ido. Dejaron momentos y recuerdos, ¡un montón! Para que en cada paso que demos miremos hacia arriba y sonriamos. Me he dado cuenta que hay cosas que pasan porque tienen que pasar, y hay otras que ocurren porque las mandan los de ahí arriba. Me gusta pensar así, me hace sentirles más cerca. He descubierto que hay canciones que te hacen vibrar, llorar, y a la vez sentir paz. Quizá por la letra, por lo que te hace sentir, o simplemente porque esas personas te la enseñaron. Y me parece bonito esa manera de tenerles aquí.
Me di cuenta que perder a las personas que quiero es lo peor que te puede pasar en la vida, y es justo en ese momento cuando no sabes cómo seguir. Cuando sientes que todo se te echa encima y crees que ya nada volverá a ser como antes. Y lo cierto es que no, las cosas ya no serán igual. Pero, ¿sabes? Existen bonitas maneras de echar de menos, es algo que también aprendí con el tiempo. Supe que no puedo dejar ir ni un solo día, porque tengo que vivirlo también por ellos. Porque ellos así lo querrían. Y eso haré, se lo debo.
El mundo está distinto sin vosotros, pero qué bonito saber que los mejores, jamás, jamás se van.
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