Las mejores historias de amor entre héroes y villanos del cine.




Hay un refrán que dice que “por amor se pueden hacer grandes locuras”, y desde luego, más si quien está enamorado es ya de por sí un loco.


Uno de los temas más recurrentes, del cine en general, y del cine de terror en particular, es el del villano, el monstruo enamorado, que puede enriquecer mucho el relato.


La imagen de la bella y la bestia es frecuente en el cine, tanto como la del monstruo llevándose en brazos a su amada, su amor imposible: King Kong subiéndola al Empire State, el monstruo de Frankenstein, el Fantasma de la ópera, Drácula, la momia (especialmente evocador, Christopher Lee en la versión de 1959 adentrándose en el pantano con ella), Cesare en “El Gabinete del Doctor Caligari”, el Gorila del Doctor Mirakle (Bela Lugosi) en “Doble asesinato en la calle Morgue”, saltando por los tejados de París con la chica en brazos, el jorobado de Notredame (mítico e inolvidable Lon Chaney) trepando a la catedral con la gitana Esmeralda en su hombro, la Criatura de la Laguna negra, en “La mujer y el monstruo”, e incluso el Golem, arrastrándola por el cabello...Sin embargo, King Kong es el máximo exponente en estos casos.

La imagen del monstruo con la mujer en brazos, es pues, todo un icono cinematográfico, y bien puede encontrar su inspiración reciente en unos carteles propagandísticos durante la Primera Guerra Mundial, que satirizaban al Kaiser Guillermo, pintándolo de esta manera, convertido en un gorila gigante que sujetaba a una mujer asustada en sus brazos.

Este acto de violencia que evoca la imagen, también acaba concluyendo con la imposibilidad del monstruo de conseguir sus propósitos.


Los monstruos también tienen su corazoncito y ello es aplicable a casi cualquier otro arquetipo de villano de cine, incluyendo a los psicópatas (Hannibal Lecter y su Clarice) y supervillanos (Catwoman y Batman). Incluso el televisivo (y magnífico) psicópata Dexter fundó una familia, como mera tapadera para sus actos, solo para acabar encontrándose con que se había encariñado de Rita, y de sus hijos Astor y Cody. Aunque el experimento no pudo acabar bien….

Otro elemento curioso, pues, es que esta clase de historias casi nunca acaban bien. Los villanos y los monstruos están condenados a un negro destino en general (aunque últimamente Hollywood está cambiando este aspecto) y por ello, sus historias de amor están también condenadas a ser historias de amor malditas, imposibles, como la de Imhotep (Boris Karloff), en “La momia” (en 1932 o en el entretenido remake de Stephen Sommers), un hombre que condena su alma inmortal y se expone a una eternidad de sufrimientos, solo para poder reencontrarse fugazmente con la mujer amada. Sin embargo, ella no le corresponde, y acaba siendo la causa de su destrucción, tanto directamente (“La momia”, 1932) como mediante la traición y el abandono (“El retorno de la momia”, de Sommers, en una de las pocas escenas serias de la película, en la que es imposible no sentir lástima por el pobre Imhotep.

Para que el final sea bueno, en estos casos, debe haber igualdad entre las partes, como en el caso de Gómez y Morticia Addams, o en el de Herman y Lily Monster, en ambos casos, parejas de monstruos, con divertidísimos resultados para el espectador. O como Jack Skellington y Sally en “Pesadilla antes de Navidad”.

Y muchas veces, ni así, ya que en “La novia de Frankenstein”, el monstruo (Karloff también), que desea que el Doctor Frankenstein le cree una compañera, se suicida cuando descubre que su amada no le corresponde y está atemorizada, pese a ser una criatura como él. En el remake producido por Coppola, en cambio, resulta ser la novia de Frankenstein (Helena Bonham Carter) la que se suicide, incapaz de asumir el ser monstruoso en el que se ha convertido, para desesperación de la Criatura (Robert De Niro). O como en “Sweeney Todd”, donde la relación entre el barbero asesino (Johnny Depp) y la también psicopática señora Lovett (Bonham Carter de nuevo) acaba avocado a un sangriento final.

El amor también puede enloquecer a una persona normal y convertirla en un monstruo, un psicópata: Peter Lorre en “Las manos de Orlac / Mad love”, Glenn Close en “Atracción fatal”, el Dr. Jekyll de Fredric March en “El hombre y el monstruo”.... Un caso destacable es el del Doctor Phibes del genial Vincent Price, que se convierte en un asesino en serie, para vengar a su amada esposa Victoria, muerta por unos cirujanos incompetentes. A todos ellos, los asesinará despiadadamente, aplicándoles un castigo ejemplar, versionando las doce plagas egipcias. Para el último, Phibes reserva un cruel juego, que anticipa la saga de “Saw” ya que secuestra al hijo del cirujano jefe, y lo introduce en un mecanismo que lo matará si el cirujano (Joseph Cotten) no realiza una prueba, cuyo cumplimiento le redimirá. En la secuela, Phibes descubre un ritual mágico para resucitar a su esposa, y finalmente tiene éxito en su empeño.

Este planteamiento, el del amor maldito, es piedra angular en el cine de terror clásico de Universal, en el de Hammer, y en el de Paul Naschy en el fantaterror español. Su Waldemar Daninski, el hombre lobo, solo puede descansar en paz cuando la mujer amada le dé la muerte mediante la plata. Un destino al que está condenado. La saga muestra un ciclo, un bucle en el que el personaje se ve atrapado, ya que cuenta una y otra vez la misma historia, con Waldemar siendo maldecido y convirtiéndose en hombre lobo, solo para causar estragos entre los habitantes de las poblaciones vecinas, y finalmente, ser destruido por ella, que muchas veces también acaba muriendo. Una y otra vez, como Sísifo, se repite su tormento, obligado a reencarnarse, sufrir la maldición de la licantropía y finalmente morir. Solo en “La maldición de la bestia” consigue terminar felizmente. En este sentido, la filmografía en general del hombre lobo es especialmente trágica, ya que solo en “Lobo” tenemos un atisbo de final feliz, con Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer. En las demás (“El hombre lobo”, “El hombre lobo de Londres”, “Un hombre lobo americano en Londres”, “Aullidos”, el remake de “El hombre lobo” o la versión de Hammer), el final es cruel muriendo, o la bestia, o ambos.

También es interesante el jorobado Gotto (Naschy otra vez) de la lovecraftiana “El jorobado de la morgue”, que desciende a los infiernos (metafóricamente y casi literalmente) cuando fallece el amor de su vida, y es manipulado por un Mad Doctor que le hace creer que puede despertarla.

Las notas de tragedia que esto implica hacen especialmente ricas las historias que plantean películas como “Eduardo Manostijeras” o “La bella y la bestia”, tanto en su versión animada, como en su primera versión en blanco y negro.

Y desde luego, si algo resulta tan interesante como esto, es cuando la relación se forja entre el villano y el héroe que le persigue, o que debería ser potencialmente su víctima, relación que el motor argumental de películas como “Maniac” o de las que a continuación veremos.

En este artículo repasaremos a continuación algunas de las mejores historias de amor entre villanos y héroes (o víctimas) que nos ha ofrecido el cine, haciendo un especial hincapié en el cine de terror (como debe ser), aunque sin evitar una mirada a los géneros conexos, y veremos a monstruos, psicópatas, supervillanos y asesinos amar, y cómo les fue.




*Hannibal Lecter y Clarice Starling

(Anthony Hopkins y Jodie Foster / Julianne Moore, en “El silencio de los corderos” (1991, Jonathan Demme) y “Hannibal” (2001, Ridley Scott)).


-Ella: Una agente del F.B.I. que en su primer gran caso tuvo que lidiar con el maníaco Hannibal Lecter, que tenía información clave para salvar a una víctima de secuestro. Con los años, se formó una extraña y turbia relación entre la agente y el psicópata, ella atraída por el aura de oscuridad de él, y él, fascinado por la integridad de ella.

-Él: En el Doctor Hannibal Lecter, psiquiatra y psicópata, converge lo mejor y lo peor del ser humano, en una singular mezcla: es un hombre de exquisito gusto, refinado y culto, inmensamente inteligente. También es un monstruo, un psicópata despiadado, cínico, y con afición por el canibalismo. Pero, y por encima de ambas facetas, la de señor y la de monstruo, es un hombre de honor, que utiliza su singular sentido de la ética y la estética para elegir a sus víctimas, groseros o delincuentes, por lo general, sin los cuales el mundo sería un lugar mejor. Es capaz de los actos más crueles, para exteriorizar su moral y su desprecio por la maldad humana, desde narcotizar a un pederasta, destrozarle la cara y dejarlo en silla de ruedas, hasta destripar a un policía corrupto y maleducado, pasando por desangrar a un carterista. Y sin embargo, Hannibal Lecter también es capaz de amar intensamente, expresando la ya indicada dualidad del personaje.

-Resultado: Ambiguo y con esperanzas de futuro. Entran en conflicto en la residencia de la última víctima de Hannibal, Paul Krendler, y Clarice esposa a Hannibal a su propia muñeca. El Doctor Lecter tiene ocasión de matarla o mutilarla y escapar fácilmente, pero en vez de ello, prefiere besarla y luego cortar su propia mano, en vez de la de Clarice. Ella le deja escapar, y la mirada que le dirige promete que su relación en el futuro será, cuanto menos, interesante.

La novela, “Hannibal”, es mucho más explícita en este sentido: Hannibal Lecter, al final, secuestra y enloquece a Clarice, convirtiéndola en su novia, su confidente, su compañera de crímenes y su amante, introduciéndola además en el canibalismo. Ambos se fugan a continuar sus crímenes, ante la atónita mirada del enfermero Varney, incapaz de detenerlos.





*dracula y mina murray

(Gary Oldman y Winona Ryder en “Drácula de Bram Stoker” (1992, Francis Ford Coppola)).


-Ella: Una mujer de la Inglaterra Victoriana, reprimida y sumisa, prometida con el procurador Jonathan Harker, que encontrará el amor, inesperadamente, en un vampiro, el Conde Drácula, lo cual dará un giro de 180 grados a su vida.

-Él: El inmortal conde Drácula, vampiro por culpa de su amor maldito con Elizabetta, su amada muerta, a la cual Mina le recuerda inmensamente. Drácula es un monstruo malvado y despiadado pero desesperado, deseando inmensamente volver a amar, nuevamente en su amarga existencia, condenada a la soledad.

-Resultado: Mientras que habitualmente, como en las excelentes versiones protagonizadas por Bela Lugosi (1931) y Christopher Lee (1958), Drácula parece que no ama realmente a Mina, más allá de que sea su última conquista, y el vampiro es finalmente destruido por Abraham Van Helsing y Jonathan Harker, en esta versión, la dirigida por Coppola, Drácula también es destruido por ellos, pero su alma es redimida por el amor de Mina, y puede finalmente descansar en paz. Una vez muerto Drácula, se supone que Mina recupera la normalidad y vuelve con su ahora esposo, Harker. Es interesante también, encontrar que en esta versión, si normalmente Drácula mata a Lucy por pura maldad, aquí es meramente por despecho, porque Mina se ha casado con Harker. Una curiosa variante, para el Drácula más emocionalmente vulnerable, así como muy compleja. Es infrecuente esta visión del personaje, aunque no fue el primero Coppola en asumirla, pues en los años 70, Richard Matheson ya describió en su guión al Drácula que protagonizó Jack Palance como un ser atormentado, mientras que en la película española protagonizada y escrita por Paul Naschy, es el propio Drácula el que se suicida por amor, clavándose una estaca en el corazón, en un muy cuestionable final, casi como el de “Blácula”, donde el vampiro también se suicida por amor.

A su vez, en la versión japonesa de animación, el Drácula de 1980, que irónicamente, adapta un comic americano, la excelente “La tumba de Drácula” de Marv Wolfman y Gene Colan, Drácula también es un ser enamorado y atormentado, que llega a tener un hijo humano con su enamorada, aunque el hijo acabe siendo asesinado por uno de los villanos de la historia. Nada que ver con el Drácula de Stephen Sommers en la mediocre “Van Helsing”, que en una de las pocas escenas buenas de la película se describe a sí mismo con una frase que más bien representaría a los Dráculas de Lugosi y Lee: “no siento nada, estoy vacío por dentro, y por ello viviré para siempre”.



*Drácula y Lucy Seward

(Frank Langella y Kate Nelligan, en “Drácula” (1979, John Badham)).


-Ella: Una mujer fuerte e independiente (algo muy extraño en la Inglaterra victoriana), hija del director de un manicomio.

-Él: El carismático, señorial e inmortal vampiro de Transilvania, en una versión muy próxima a la mítica caracterización de Bela Lugosi. Este Drácula es menos melancólico, pues, que el de Gary Oldman, y más malvado y poderoso.

-resultado: En la versión de 1979, Drácula se fija en Lucy, en vez de en Mina, lo cual supone una notable e interesante variante del argumento, ya que la extrovertida Lucy suele ser, como en la novela, solo una víctima más. En esta versión, Lucy consigue despertar el interés y la simpatía del Conde, que le perdona la vida cuando tiene la ocasión de desangrarla. En la relación resultante, Drácula decide vampirizarla, convertirla en su reina y escapar con ella de Londres. Van Helsing y Harker los persiguen, y en el enfrentamiento final, Drácula y Van Helsing se matan mutuamente. Sin embargo, el final abierto sugiere claramente que Drácula resucitará y reclamará a Lucy para que ocupe su lugar junto a él. Así, en esta versión, en vez de redimir Mina a Drácula, será el vampiro el que corrompa, más allá de toda redención, a Lucy.



*Erik, el Fantasma de la Ópera, y Christine Daaé

(Lon Chaney y Mary Philbin / Gerard Butler y Emmy Rossum, en “El Fantasma de la ópera” (1925, Lon Chaney y Rupert Julian) / (2004, Joel Schumacher)).


-Ella: Una joven e inexperta cantante de ópera, pero de gran talento, un auténtico diamante en bruto, que verá en el misterioso Fantasma de la Ópera a su mentor y protector y quedará fascinada por él.

-Él: El atormentado y trágico Erik, el Fantasma de la Ópera, es un genio científico y hábil asesino, que vive en los subterráneos de la ópera de París a finales del siglo XIX, los cuales ha llenado de trampas mortales y complejos aparatos de tortura. Si no fuera por su horrible deformidad física, que le ha confinado a las profundidades de las catacumbas, sería un líder entre los hombres, pero su extrema y cadavérica fealdad le obliga a ocultarse.

Domina al mundo de la superficie mediante el terror, creando una aureola fantástica y de misterio en torno a su persona, y asesinando a los que se acerquen demasiado a él, o cuestionen su poder. En su soledad, el Fantasma se enamora de la pura y virginal cantante de ópera Christine Daaé, a la que decide ayudar en su carrera, y proteger de los males del mundo. Al principio, Christine le corresponde, y se siente fascinada por su maestro, pero la irrupción de un petimetre llamado Raoul desencadena un baño de sangre.

-Resultado: Nunca acaban bien, en ninguna de las versiones realizadas hasta la fecha, ni en la novela original. El Fantasma suele morir (versiones de 1943, 1962, 1983, 1989, 1990, 1998...), aunque en algunas versiones (1925, 2004) se muestra muy sutilmente que sobrevive, pero de todos modos acaba solo, un destino peor que la muerte para él.

La versión protagonizada por el carismático Robert Englund (que no se precia de ser de las mejores, pese a la presencia de Freddy, o quizá, debido a ello) introduce una cruel variante, ya que es la propia Christine la que acaba dando muerte al Fantasma.



*Batman y Catwoman

(Michael Keaton y Michelle Pfeiffer, en “Batman vuelve” (1992, Tim Burton)).


-Ella: Una tímida y apocada secretaria, Selina Kyle, que tras acumular amargura y frustración a lo largo de toda su vida, finalmente explota el día en que su jefe, Max Schreck intenta asesinarla. Como resultado, se convierte en la Mujer Gato, Catwoman, y enfundada en un traje de cuero de gata, descarga toda su ira acumulada, para vengarse de Schreck y de la sociedad. Es entonces cuando inicia una destructiva relación de amor/odio con Batman y su alter ego Bruce Wayne, que la conduce, aún más, al borde del abismo.

-Él: El trágico justiciero de Gotham City, un alma torturada y perdida en una imposible búsqueda de justicia y venganza por el asesinato de sus padres.

-Resultado: Acaba mal esta relación imposible. Ella descubre que si no puede aguantarse a sí misma, menos puede vivir con otra persona. Así, la atormentada Catwoman está condenada a vagar sola, desequilibrada e infeliz por las noches de Gotham City, como marca el final de la película, abierto y amargo, sin poder nunca alcanzar la paz y estabilidad que habría obtenido de haber permanecido con su alma gemela, el no menos atormentado Bruce Wayne, Batman.



*Candyman y Helen

(Tony Todd y Virginia Madsen, en “Candyman” (1992, Bernard Rose)).


-Ella: Una mujer que pretende redactar una tesis doctoral sobre leyendas urbanas. Investigará los sucesos relativos a Candyman, mítico monstruo que aparece si dices su nombre cinco veces delante de un espejo, y te asesina. Por desgracia para Helen, la leyenda es real y Candyman se convertirá en una maldición para ella.

-Él: Un hombre negro, un artista de gran sensibilidad, que cometió el error de enamorarse de una mujer blanca en una comunidad racista de los EEUU del siglo XIX. Salvajemente asesinado, se convirtió en una leyenda que reaparece para sembrar la muerte y el terror. Muchos años después, encuentra a una mujer, Helen, que es el vivo retrato de su amada perdida, y decide pasar la eternidad con ella, convirtiéndola en una criatura maldita como él.

-Resultado:No tan cruel como en el relato original de Clive Barker, pero casi. Helen muere, tras destruir a Candyman, pero vuelve a la vida, convertida en una criatura maldita, como él, aunque separados para siempre.



*Catherine Tramell y Nick Curran

(Sharon Stone y Michael Douglas en “Instinto Básico” (1992, Paul Verhoeven)).


-Ella: Una psicópata asesina en serie, triunfadora, elegante, carismática y multimillonaria, con una inteligencia superior y gran atractivo. Catherine seduce a los hombres, y luego los asesina salvajemente, destrozándolos a golpe de picahielos. Catherine plasma sus asesinatos en sus novelas, cambiando los nombres para así jugar con las autoridades. Pese a ello, es tan inteligente que siempre sale impune, incriminando a otros por sus crímenes y creando confusión al respecto.

-Él: Un detective de homicidios, decadente y en recuperación de su crisis de alcoholismo, que investiga el más reciente asesinato cometido por Catherine, el de su último amante, Johnny Boz.

-Resultado: No puede decirse que sea completamente una historia de amor, ya que solo Nick se enamora de ella, no a la inversa. Al final, cuando Catherine ya ha obtenido la coartada para sus crímenes, incriminando a una inocente, ambos están en la cama y él (que no sabemos bien si es que no se ha enterado de que ella es la asesina, o que lo sabe todo pero le da igual) le hace proposiciones de futuro, y ella parece aceptarlas, pero solo para que la cámara nos muestre, bajo la cama, un amenazador picahielos, símbolo de que tarde o temprano, ella “cortará” con él, como hizo con Johnny Boz, todos los anteriores y todos los próximos. En la secuela de la cinta (horrenda), Nick ya ha “desaparecido”.



*Beatrix Kiddo y Bill

(Uma Thurman y David Carradine, en “Kill Bill vol. I y II” (2003 y 2004, Quentin Tarantino)).


-Ella: Una asesina a sueldo de gran pericia, que decide redimirse y retirarse cuando descubre que está embarazada. Su jefe y amante, Bill, no lo asume e intenta matarla. Beatrix sobrevive, y al despertar del coma inicia una sangrienta venganza contra sus antiguos colegas y su antiguo amor, para poner orden en su vida, y recuperar a su hija (a la que en un principio cree muerta).

-Él: Un carismático asesino a sueldo internacional, líder de un escuadrón de variopintos sicarios. Es un hombre veterano y reflexivo, incluso filosófico, pero cruel y despiadado. Ha vivido tanto y ha gozado tanto del éxito, que la vida ha llegado a convertirse en algo hueco para él, a lo que enfrentarse con un distanciamiento melancólico.

-Resultado: Beatrix le mata para completar su venganza (no sin pesar, pero también sin contemplaciones) y recupera a su hija, instalándose a vivir con ella, para gozar de su segunda oportunidad para redimirse y ser una persona normal y estable. Bill, aunque intentó defenderse, finalmente descubrió que la muerte era lo que realmente merecía, y quedó en paz con ella.



*King Kong y Anne Darrow

(Fay Wray (Darrow)/ Naomi Watts (Darrow), en “King Kong” (1933 / 2005)).


-Ella: Una mujer con graves problemas económicos durante la depresión, a la que el director Carl Denham le ofrece una carrera como actriz, y el papel de su vida.

-Él: El rey de Skull Island, Kong es la octava maravilla del mundo. Este gorila gigante vivía solo en su isla, adorado por los nativos como un dios, hasta que una expedición americana penetró en sus dominios. Kong quedó prendado de Anne, a la que los nativos le ofrecieron en sacrificio, y ello fue el principio del fin para él.

-Resultado: La belleza mató a la bestia. Una vez la ve, el gorila gigante se queda prendado de ella, y la protege de todas las amenazas de la isla. Pero, de vuelta a Nueva York, Kong intenta apresarla de nuevo, pero es demasiado tarde para él, pues resulta acribillado por los aviones del ejército en lo alto del Empire State. Antes de caer, el simio asume que va a morir, y deja a la joven en una superficie segura, para que no caiga con él, un acto muy noble.

Debe decirse, que mientras que en el remake de Peter Jackson, la relación entre ambos personajes es bastante ingenua (ella juega con él como si fuera un cachorro y le hace trucos de magia), no tanto así en el clásico original de los años 30, donde hubo múltiples problemas con la censura.



*El Joker y Vicky Vale

(Jack Nicholson y Kim Basinger, en “Batman” (1989, Tim Burton)).


-Ella: Una fotógrafa que ha llegado a Gotham para investigar los rumores acerca de Batman, el nuevo justiciero de la ciudad.

-Él: El mayor monstruo que Gotham City haya engendrado jamás, de eterna sonrisa y maldad infinita. Es la némesis de Batman, el Joker, el Príncipe Payaso del Crimen, la mayor mente criminal de Gotham. Es un asesino de masas, un demente, un desequilibrado. También es un genio. Se define a sí mismo como un artista homicida, que hace arte cuando los demás mueren. Tiene un estilo muy marcado. Es extremadamente elegante, y todos sus artilugios y planes son de pura fantasía, artículos de broma macabra: gas letal que deja cadáveres con una sonrisa permanente, una flor de solapa que lanza ácido, un dispositivo que oculto en la palma permite electrocutar a quien le dé la mano, una pistola imposible de calibre 100, capaz de derribar un avión.... Todo en él es tan extravagante y gracioso como macabro y asesino.

Un día, durante sus crímenes, pone su atención e Vicky Vale y decide hacerla suya.

-Resultado: El Joker la “ama”, pero a su retorcida manera (como con Harley Quinn en el comic). Es capaz tanto de hacerle proposiciones, como de intentar asesinarla un segundo después con ácido. De no haber intervenido Batman, Vicky habría acabado muerta, como la anterior amante del Joker, ya que Batman la rescata de múltiples intentos de secuestro y asesinato. Gracias al hombre murciélago, el Joker acaba pagando por sus crímenes y Vicky se salva.

Debe decirse que resulta más sugestiva, si cabe, la relación del Joker con Harley Quinn, una psiquiatra de Arkham a la que el Joker sedujo en el comic y que aceptó convertirse en parte del mundo de fantasía y muerte del villano, y colaborar en sus crímenes. El personaje, sin embargo, no había sido creado aún en 1989, con lo cual difícilmente iba a aparecer en la película. El rol equivalente de Harley en la cinta de Burton sería Alicia, la novia del Joker, a la que el Joker arroja desde una azotea cuando se cansa de ella (igual que haría posteriormente el payaso homicida con la propia Harley en el comic “Amor loco” de Paul Dini, que contiene muchos homenajes a Burton y Nicholson).



*Freddie Clegg y Miranda Grey

(Terence Stamp y Samantha Eggar en “El coleccionista” (1965, William Wyler)).


-Ella: Una joven normal y corriente que será secuestrada por un demente.

-Él: Un joven introvertido y atormentado, que argumentalmente es una variante del mítico Norman Bates de Anthony Perkins en “Psicosis”, con el que comparte una buena parte de motivaciones y de carga psicológica. Antes de secuestrar a Miranda, no había cometido ninguna clase de acto criminal. Se trata de un papel muy difícil para Terence Stamp, estilísticamente en las antípodas de su rol más célebre, el del General Zod en la saga de Superman.

-Resultado: Freddie la secuestra, y la encierra en su casa en un sótano. Está completamente desnortado, y quiere que ella sea su amiga. Ha acumulado el suficiente dinero como para no necesitar trabajar, y dedicarle todo el tiempo a ella. La película se desarrolla con la interacción de ambos personajes, ella siempre intentado escapar, aunque también apenada por él. Con prácticamente solo dos personajes, la tensión del relato es inmensa (no por casualidad el director es William Wyler, uno de los más respetados y premiados de la historia del cine, que incluye a “Ben-Hur” en su filmografía).

Finalmente, ella muere, de forma casi fortuita, cuando el síndrome de Estocolmo había hecho ya acto de presencia. Él se queda apenado, destrozado, pero de repente, reacciona con gran gelidez, se autoexculpa de toda la responsabilidad, y simplemente sale a buscar a otra, y a otra, y a otra… Asistimos a la génesis de un psicópata, en uno de los finales más sobrios jamás filmados.



*Damien Thorn y Kate Reynolds

(Sam Neill y Lisa Harrow, en “La Profecía III: La muerte de Damien” (1981, Graham Baker)).


-Ella: Una periodista inglesa, madre de un niño pequeño.

-Él: El Anticristo, cuyo advenimiento fue predicho en el Apocalipsis, y que exitosamente ha ido escalando en la pirámide del éxito, para finalmente llevar a cabo su misión de destruir a la raza humana. Sus poderes sobrenaturales son inmensos, y además tiene a una legión de devotos servidores que cumplen todas sus órdenes. Contra Damien, la Orden de monjes que ha jurado destruirle tiene pocas posibilidades de éxito.

-Resultado: Tras conocerla para una entrevista en televisión (Damien es un político de renombre, y nadie imagina su verdadera misión), y evitar un intento de asesinato por parte de uno de los monjes, Damien inicia una relación con ella, aunque en el fondo sabe que no debería, que implica desviarse de su cometido y un riesgo innecesario. Como describe él mismo: “es como la llama y la polilla, pero, ¿quién es la llama y quién la polilla”. Es lo más cercano que este demonio había estado de sentimientos humanos, aunque a fin de cuentas acabe maltratándola. Además, toma el control del hijo de Kate, al que incluso realiza un bautizo de sangre y convierte en uno más de sus servidores.

Sin embargo, es la propia Kate la que acabará destruyendo a Damien, tras éste escudarse con el niño para evitar un intento de asesinato por parte de los monjes. Tras la muerte del pequeño, Kate apuñala a Damien por la espalda. Sin embargo, queda embarazada y ello permite el posterior retorno de Damien en la siguiente y muy, muy inferior entrega de la saga.



*Eli y Oskar

(Kåre Hedebrant y Lina Leandersson en “Déjame entrar” (Tomas Alfredson, 2008)).


-Ella: Una vampira centenaria, con aspecto de niña pequeña, que se muda a la gélida Suecia. Pese a que posee mucho dinero y joyas antiguas, vive en condiciones lamentables, principalmente dada su condición de vampira infantil, lo que dificulta incluso su alimentación.

-Él: Un niño víctima de crueles malos tratos por sus compañeros, y desatendido por sus padres, que está en una situación límite.

-Resultado: Una curiosa historia de amor de dos personajes que son tal para cual. Eli, la vampira, simpatiza con el niño que la cree una niña más como él, no imagina su naturaleza monstruosa. Con ello empieza una amistad, y casi una simbiosis, pues la vampira le protegerá, aniquilando a los gamberros en la sangrienta y celebrada escena final de la película, en la piscina, mientras que el niño acaba convirtiéndose en el protector diurno de la vampira, su “Renfield”. La película está psicológicamente muy bien elaborada y matizada, y la historia es rica en matices, al tiempo que muy cruda, donde la gelidez del paisaje coincide con la gelidez de los personajes.



*François y Hélène Delambre // Seth Brundle y Veronica Quaife

(Al Hedison y Patricia Owens en “La mosca” (1958) de Kurt Neumann // Jeff Goldblum y Geena Davis en “La mosca” (1986) de David Cronenberg).


-Ella: En la primera versión, la esposa del inventor. En la segunda, su novia.

-Él: Un prometedor científico que descubre un método para teletransportar la materia y decide probarlo consigo mismo con terribles resultados: una mosca se introduce también en el mecanismo, y el inventor acaba convertido en una aberración, medio mosca, medio hombre.

-Resultado: Siempre funesto. En ambos casos, ella es el único y frágil hilo que mantiene la cordura del científico, amenazada por su mitad animal, que intenta apoderarse de él, y por la terrible carga de haberse convertido en semejante monstruo.

En la primera película, totalmente fiel al relato original, el científico intenta conseguir un medio para restablecer su forma humana, pero no lo consigue. Se comunica con su esposa mediante signos y una pizarra, intentando (fallidamente) ocultar su deformidad, y no pudiendo ni siquiera hablar (su cabeza es de mosca, al igual que su brazo, que no controla), y sientiendo cómo su mitad animal se apodera de él, y quiere matarla. Finalmente, la convence para que le ayude a suicidarse, accionando una prensa hidráulica. En la investigación policial subsiguiente, el personaje de Vincent Price será clave para exculparla de asesinato.

En el acertado remake de Cronenberg, la transformación de Brundle en mosca humana será progresiva, viéndose la descomposición acelerada de la carne del científico para dar paso al monstruo con unos magníficos efectos visuales. También se bucea más en la atormentada mente de Brundle, que pasa de la euforia inicial a la pura violencia animal, a lo largo de su evolución/involución. En esta versión ella también acaba matándolo, pero de un disparo en la cabeza, cuando se convierte en un monstruo agresivo, amenaza para todos los que le rodean. Él mismo se lo pide, en una lastimera escena, después de haber mutilado a otro hombre: “Mátame”.



(entre otras cosas se puede ver mas monstruos enamorados de sus victimas).

Fuente: Taringa.

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