Josephine Baker en su camerino.
Su padre era español, platanero, residente en Missouri. Y su madre era una mujer negra que se ganaba la vida lavando la ropa de los demás. Y allí nació en 1906. Empezó a bailar en un pequeño teatro de Filadelfia.
De ahí se trasladó a Nueva York. Allí cosechó tantos éxitos como escándalos. Su vestuario era demasiado escaso para la época.
Finalmente, se mudó a París, abrió un cabaret, se compró un castillo y construyó una escuela para niños pobres.
Consiguió la nacionalidad francesa y, antes de que llegasen los alemanes, se fue a Marruecos y se puso al servicio del servicio de inteligencia francés para trabajar como espía.
Para muchos fue la primera vedette internacional. Y hace unos días se convirtió en la primera mujer negra en ser acogida en el Panteón Nacional de Francia.
Comentarios
Publicar un comentario