Brindemos.



Por los que nos hacen reír.

Por los que nos entienden.

Por los que conocen todos nuestros defectos y aún así se quedan.

Por los que nos dan abrazos que recomponen.

Por los que se quedan en las buenas y en las peores.

Por los que demuestran.

Por los que saben ser.

Por los que tienen detalles de esos que te alegran el día.

Por los que marcan la diferencia.

Por los que nos hacen sentirnos muy afortunados.

Por los que te empujan a seguir.

Y te levantan cuando te caes.

Por los que se quedan en silencio si es lo que necesitas.

Y te escuchan cuando necesitas hablar.

Por los de verdad.

Por los que llegan, y nunca, nunca, se van. Venga lo que venga.


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