Franco “Caudillo de España por la gracia de Dios”




En julio de 1936 el general Francisco Franco comenzó el asalto al poder con una sublevación militar y lo consolidó tras la victoria en una guerra civil. Franco y sus compañeros de armas habían salido al rescate de la patria, lo cual legitimaba el golpe de Estado y las políticas de exterminio...La guerra había sido necesaria e inevitable porque “por los caminos ordinarios”, escribió Leopoldo Eijo y Garay, obispo de la diócesis de Madrid, el 1 de abril de 1939, día de la victoria, España ya no podía salvarse...
Para recordar siempre su victoria en la guerra, para que nadie olvidara sus orígenes, la dictadura de Franco llenó de lugares de memoria el suelo español, con un culto obsesivo al recuerdo de los caídos, que era el culto a la nación, a la patria, a la verdadera España frente a la anti-España, una manera de unir con lazos de sangre a las familias y amigos de los mártires frente a la memoria oculta de los vencidos, cuyos restos quedaron abandonados en cunetas, cementerios y fosas comunes...
Desde octubre de 1936, obispos, sacerdotes y religiosos comenzaron a tratar a Franco como un enviado de Dios para poner orden en la “ciudad terrenal”... La imagen de Franco como militar salvador y redentor era cuidadosamente tratada e idealizada en el “Noticiario Español” (NO-DO)... Y como ninguna legitimidad podía ser superior a la que procedía de la potestad divina, Franco fue “Caudillo de España por la gracia de Dios”..
Más de una generación de españoles creció y vivió bajo el dominio de Franco, sin ninguna experiencia directa de derechos o procesos democráticos...
Franco estuvo allí (en el Vale de los Caídos) 44 años, como símbolo poderoso e intacto de la interpretación de los vencedores de la guerra civil y de la dictadura. Con memorias divididas, propaganda y muchas mentiras, Franco y su dictadura han proyectado su larga sombra sobre el presente.

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