Sueñas con volver a casa. ¿Pero dónde está? Ya no habrá más comidas familiares entorno a la gran mesa que heredaron de la abuela. Ni tardes con la mirada perdida tras la ventana, ni buchitos de café con la vecina.
Quieres volver a casa pero ya no hay ni casa, ni barrio, ni plaza, ni iglesia, ni colegio, ni médico al que volver.
Miras el infierno negro que engulle sin piedad tu historia, tu pasado, tu presente... Y se acerca a ti para robar tu último aliento y dejarte sin futuro, tiñendo de negro la esperanza para que no la veas bajo su manto de ceniza.
En un instante te quedaste con el alma en carne viva, llorando los recuerdos que no se pueden comprar... La foto de unos padres que ya no están, las marcas de la estatura de tus hijos en la guía de la puerta del salón, los días de amor, las risas, las alegrías y algún que otro fracaso.
Lloras lo intangible de una vida, que sueña con volver a casa, con volver a tener un hogar donde construir nuevos sueños, nuevas historias, donde algún día puedas pensar en tu casa sin llorar.
Mari Toledo @derechos de autor reservados
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