Palabras equivocadas.




“Te estás volviendo vieja", -me dijeron, -"ya no eres tú, te estás volviendo extraña y solitaria"... A lo que, respondí: "No, mis amores, no me estoy volviendo vieja, me estoy volviendo sabia.
Aprendí a ser lo que a otros les agrada para convertirme en lo que a mí me agrada ser, he dejado de buscar la aceptación de los demás para aceptarme a mi misma...
No, no me estoy volviendo vieja. Me estoy volviendo, selectiva de lugares, personas, costumbres e ideologías. He dejado amando, he dejado partir dolores innecesarios, personas tóxicas, almas enfermas y corazones podridos. No es por amargura, es simplemente por salud, paz, tranquilidad y sobre todo, para sanarme yo.
Mis años van conmigo porque no he sido egoísta, ellos me enseñaron y yo los he vivido. Hace tiempo que dejé de preocuparme por lo que piensan y dicen de mí; ya descubrí que la persona de quien más amor y respeto espero es de mi misma. Me he agotado de personas vacías sin emociones. ¡Ya...!
Se que no quiero en mi camino a los que cortan las palabras con indiferencia, a los que tiñen mi sueños. Me sobran halagos que van vestidos de falsas intenciones, de abrazos que son fríos, de amores que olvidaron la valentía y la pasión en alguna estación del año.
Ya no trato de ser coherente, lógica y dar lo que me piden, de ser tal como esperan los demás que sea. Ya no me asusta decidir y cambiar mi propio rumbo, aunque en el intento me pierda. Hace ya algún tiempo descubrí quién deseo ser y aún sin haberlo conseguido me gusta mi sonrisa y el brillo de mis ojos.
Sé que mi locura forma parte de mi alma y serme fiel a mi misma. Hace tiempo descubrí que me enamoran las personas auténticas, las que no mienten y son generosas. Las que aman de frente y sin límites.
ERICA ZABALA.
Derechos reservado

Comentarios