Mesa de embalsamamiento.

 



Uno de los objetos que más llamó mi atención al visitar el museo de El Cairo, fue ésta mesa de embalsamamiento. De piedra, de una sola pieza, compuesta de dos espacios, uno para el cuerpo fallecido y otro comunicado por una abertura, que tenía la misión de recoger los fluidos que se producían en el proceso de momificación.

Allí cuando el cuerpo estaba lavado, se procedía a la extracción de los órganos, empezando por el cerebro, que era extraído con unos ganchos por la nariz, y siguiendo con el estomago, los intestinos, los pulmones y el hígado. Después cada uno de ellos era envuelto en trozos de lino y se introducían en cuatro vasijas denominadas vasos canopes.

Un objeto aparentemente macabro pero imprescindible para preparar al difunto para su vida en el más allá.

Ágora: La Nave del Misterio y la Cultura


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