Ya no busco.



Ya no busco lo que les contente a los demás, busco lo que me complace a mi.

Ya no tengo tiempo ni ganas de falsas sonrisas y cortesías ineficaces.

Ya no tengo ganas de buscar a quien no me busca a mí, ni de hacer cosas si no las quiero hacer.

Ya tengo esa parte de sabiduría y despreocupación que hace que en lugar de decir "no te preocupes, no importa" digas: 

¿Sabes lo que te digo?

¡Que te jodan! 

Y es verdad que es una grosería, pero te sientes tan bien y tan liberada al decirlo, porque a mi edad tengo demasiados "que te jodan" acumulados, y ya no me queda paciencia.

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