UNA BELLA HISTORIA DE SOLIDARIDAD.



Salarial Kea  nació el 13 de Julio de 1913 en Georgia. Desde muy joven su deseo era ser enfermera y tuvo que luchar contra el rechazo de algunos centros por el color de su piel, por lo que finalmente Salaria se mudó a Nueva York donde logró un empleo en la Escuela de enfermería del Hospital de Harlem. En 1934 se graduó y consiguió el puesto de enfermera jefe en la Sala de enfermos terminales del Sea View Hospital, dedicado al tratamiento de la tuberculosis.

En 1935, Salaria Kea encabezó una campaña para organizar la ayuda médica en Etiopía cuando el ejercito fascista de Mussolini invadió el país.

Ese mismo año Salaria se afilia al Partido Comunista.

En 1936 Salaria  se ofreció como enfermera de la Cruz Roja para ayudar a las víctimas de inundaciones desastrosas en el Medio Oeste, pero fue rechazada por el único motivo de ser Negra.

El 27 de marzo de 1937, Salaria navegó en el SS Paris, acompañada por otras 12 enfermeras y un grupo de médicos, para unirse al servicio sanitario de las Brigadas Internacionales.

Su destino fue el hospital de  Villapaz, antigua residencia de la "Infanta Paz de Borbón" . Dónde tuvo una situación que a la enfermera le resultó novedosa ya que tenía a su mando cinco enfermeras blancas.

Salaria Kea trabajó durante tres semanas en el Hospital de evacuación de Tarancón.

Fue aquí donde conoció a John Patrick O’Reilly, un brigadista Irlandes herido con el cual terminaría casandose e irse a Nueva York a vivir junto a èl. En sus memorias escribió "Discutimos sobre América del Norte, Irlanda y todos los grupos y razas que fueron víctimas del fascismo y otras injusticias y cómo ambos podríamos ayudar a abolir a los enemigos de la raza humana".

En 1938 Salaria fue capturada por los franquistas durante algunos días en los que vivió en primera persona algunos fusilamientos. Finalmente consiguió escapar, pero al poco tiempo fue herida en un bombardeo y tuvo que volver a Estados Unidos.

Pocos años después y tras recuperarse, prestaría servicios en la Segunda Guerra Mundial, formando la primera unidad de enfermeras afroamericanas del ejército. Finalizada la guerra volvería a Nueva York trabajando en varios hospitales.

Salaria Kea murió el 18 de mayo de 1990.

Salaria dejó escrito en sus memorias: En América despreciaron mi saber. Me dijeron: “El color de tu piel, más que una ayuda, es un problema”. Sin embargo, en España pude ayudar fuera el que fuera el color de mi piel.

«No podía sentarme y dejar que aquello pasara. Tenía que ir a ayudar, incluso poniendo en peligro mi vida! Pero tenía que ayudar. Aquel era mi mundo, también! Y no podía quedarme quieta”

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