Salió huyendo.
le tuvo miedo al amor
que yo le ofrecí,
al parecer nadie
le había hablado como yo de eso.
¡Si!
yo lo hice sentir
con el caparazón que lo cubría
de seriedad y de rigor,
de rudeza y de simpleza
y empecé hablarle del amor
que habitaba en su interior,
lo tenía y lo escondía
el luchaba a capa y espada
se negaba y no accedía.
Fueron días de lucha constante...
Él decía siempre
¡No entiendo de cursilerías!
Empecé a formar su autoestima
a tomar su alma y hacerla sentir viva.
Excavé en su corazón
vi lo que le causaba dolor
y ahí comencé mi labor
le sané cada una de sus heridas
con tiempo y dedicación
con cuidado y con mucho amor.
Lo ame como nadie lo había amado
lo cobijé entre mis besos y mis manos
lo enseñé a amar al ser humano que es,
sentí la nobleza en sus palabras
escuché llorar lo que le lastimaba
y lo vi entusiasmarse de la nada.
Quiero pensar
qué tanto amor lo asustó,
no pudo con esa sensación
por eso se marcho.
Que nadie se había tomado la molestia
de hablarle de la manera correcta.
Yo solo sé
que si me enamoré
y esa obra de arte estaba terminada,
aunque ahora yo,
no puedo disfrutarla.
VLS
Verónica Linares Salazar
Fotografía Facebook.
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