Pobre neurona.



 En el cerebro de un hombre, una neurona lloraba porque se sentía sola. En eso, aparece otra neurona que estaba feliz y, conmovida, le pregunta:


“¿Por qué estás triste?”


“¡Porque me siento sola!”


Entonces, la neurona feliz sugiere:


“¡Ven ven al pene, que ahí estamos todas!”



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