Mudando la piel.
¡Bendita eres mujer!…
porque estás cambiando de piel…
déjate ser serpiente, suelta lo viejo,
entrégate a la crisis,
atraviesa la encrucijada,
cruje, quiebra, cree con fe completa,
deja que el crepúsculo te apague
para crecer más luminosa al otro día.
No estás sola en esto,
somos varias las que morimos,
nos aniquilamos, nos deshacemos,
nos opacamos,
para renacer luego más coloridas, íntegras, auténticas.
Entrega tu vientre desnudo a la sinuosidad del camino.
Repta y siente la íntima conexión con el cuerpo de la Madre Tierra…
cúrate con el polvo que levantas del sendero…
¿Sabes? las que alguna vez serpenteamos en la vida,
nos hemos despertado con el cascabel de nuestra cola…
Mónica Glusman
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