Una verdadera matrona romana.


Cornelia Africana (180 a.C-110 A,C), esposa del militar y consúl Tiberio Sempronio Graco e hija del celebérrimo general Publio Cornelio Escipión el Africano, ha pasado a la historia como Madre de los Gracos, ya que dio a luz a los que llegarían a ser los políticos populares más importantes del siglo II a.C: Tiberio y Cayo. Fue una mujer culta e inteligente, de la que el escritor Plutarco destaca en su obra Vidas paralelas su saber estar y su hospitalidad. Firme defensora de la cultura helenística en Roma, a su alrededor se formo una camarilla de hombres cultos y literatos.


Pero ante todo fue una madre, que se dedicó en cuerpo y alma, a la crianza de sus hijos ofreciéndoles una esmerada educación dirigida por el preceptor y filósofo estoico Blosio de Cumas y por los cuales rechazo una oferta de matrimonio del mismísimo rey de Egipto, Ptolomeo VIII Evérgetes. Una anécdota nos da cuenta de esta actitud maternal. Un día, en el curso de un banquete ofrecido en su villa, sus invitados le reprocharon que no luciera sus valiosas joyas. Ella (en la imagen sentado rodeada de sus hijos), muy pizpireta, fue en busca de sus hijos (en total, tendría unos 12), y los presentó a los asistentes al ágape diciendo: “Aquí tenéis a mis mejores joyas“.


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