Las gafas del YO





Llevo puestas unas gafas llamadas las gafas de yo.


A través de ellas, percibo la realidad como si todo se tratara de mí. Y sin darme cuenta, la vida se convierte en una guerra interna por salvaguardar mi propia identidad.


Con las gafas puestas:


· Me tomo personal lo que otros dicen y hacen

· Me irrito por cosas que están fuera de mi control

· Me obsesiono con actitudes perfeccionistas

· Me comparo con los demás

· Critico a las personas

· Repaso en mi cabeza las cosas que dije

· Me siguen importando los likes

· Me esfuerzo por demostrar cosas acerca de mí


Es como si en mi mente se jugara una contienda infinita donde cada pequeño detalle representa puntos a mi favor o en mi contra.


¡Vivir así es cansadísimo!


No hay nada más desgastante que una mente saturada de pensamientos autoreferenciados. No hay trabajo más duro que creerse el centro del universo.


Pero me bastan una pausa, un respiro y una sonrisa para recordar que puedo quitarme las gafas, como quien se quita una mochila después de un largo paseo.



Sin las gafas del yo puedo darme cuenta de que mis preocupaciones son solamente historias que me cuento. Narrativas sesgadas por suposiciones sin sustento.


Puedo descansar en lo complejo y en lo mágico de la vida, recordando que ¡nada se trata de mí!


Puedo ver a los demás directo al corazón, sin filtros de por medio.


Puedo soltar las etiquetas que me definen.


Puedo observar el dolor sin hacerlo mío.


Puedo abandonar esta carrera absurda.


Puedo sentirme pleno sin necesidad de demostrar nada.


Sin las gafas del yo soy libre, porque no soy nadie.


Te invito a intentarlo. Siéntate un momento, respira, sonríe y quítate las gafas.


Pedro Campos


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