Donde no hay meta.

 


En una carrera loca donde no hay meta, porque no existe, ser  más y ser los primeros en demostrar que somos los mejores perdura, donde tanto querer más y más, rapidito, copiado y  reciclado nos hace creer que somos artistas, se nos hincha el ego por lo que hemos vivido y aprendido y nos compran como a tales,  y al final, dentro de uno sabemos sin acabar de aceptarlo ni ante nosotros mismos que nos lleva al final al plástico, al látex, a seguir sintiéndonos más y más vacíos, más solos, más acomplejados, más inútiles íntima y silenciosamente...

Y pronto se volverá a la seducción, al romanticismo, al placer de conquistar, de crear cada uno individualmente la canción con la cual bailar con nuestras propias melodías, con nuestros propios ritmos, sin plagios....porque la rueda gira y gira y vuelve al punto de partida, por que no hay nada nuevo bajo el sol, por que todo está inventado.

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