Calle del Desengaño. Madrid.

 

Hasta el Siglo XVI nos toca retroceder hoy en Secretos de Madrid para conocer una nueva leyenda que, a pesar de tener más dosis de fantasía que otra cosa, no deja de resultar curiosa y atractiva. A mí, me resulta una de las más sorprendentes y agradables de escuchar. Según ha llegado hasta nuestros días, pudo originar el nombre de una conocida y céntrica calle de la ciudad, la Calle del Desengaño. A espaldas de la Gran Vía aguarda esta estrecha vía, de nombre meláncólico y frágil.

A las espaldas de la Gran Vía aguarda esta estrecha vía, de nombre melancólico y de aspecto frágil. Las prostitutas contemplan la vida desde sus aceras mientras la calle busca recuperar el esplendor perdido hace ya demasiado tiempo. Más, mucho más tenemos que viajar en el tiempo para tratar de imaginar el sorprendente relato que dicen, pudo ocurrir aquí.

Siglo XVI, época de espadachines que siempre optaban por resolver sus disputas con el acero antes de pararse a reflexionar o dialogar. Madrid comenzaba a expandirse y gentes de todos los lugares libraban sus particulares luchas de egos en sus sinuosas calles. Es entonces cuando dos insignes caballeros de la época decidieron batirse en duelo por un motivo ya casi tópico, el amor de una doncella. Sus nombres: Caballero de Gracia y Vespasiano de Gonzaga.

Durante la encarnizada lucha con sus espadas una aparición que les distrajo y perturbó, una dama que cubría su rostro con un velo y que corría perseguida por un zorro. Los dos pendencieros, confundidos y picados por la curiosidad, optaron por dejar a un lado su disputa, decididos a dar alcance a la enigmática dama. Cuando al fin lograron estar junto a ella, descubrieron con estupor que la mujer no pertenecía ya al mundo de los vivos, debajo de su velo pudieron apreciar un rostro momificado. La respuesta instantánea de ambos, bautizó para siempre a la calle: ¡Qué desengaño!

Hasta que punto de verdad los hechos son ciertos… eso ya que lo decida cada uno, lo que es sí es verdad es que la historia está reflejada en el azulejo que casi 500 años.

Fuente:secretosdemadrid.es