UNA DE VALIENTES



No me hables de valentía. No tú. Que no diste el paso por si vencía el suelo y yo. Te voy a explicar qué es ser valiente, sin diccionarios actualizados ni manuales bestsellers:

No desistir, perseverar ante las negativas y las puertas cerradas. Equivocarte, equivocarte mucho, ir en contra dirección, ser la bala perdida y perderte, matarte por vivir, morder el polvo, aliarte con la soledad, doctorarte en hacer el ridículo y ponerte el disfraz de oveja negra. Ser valiente es recorrer la cuerda floja arriba y abajo, sin red, con un vacío a tus pies que hace que te tiemblen las piernas.

Ser valiente es desnudarte con la ropa puesta. Que se te caiga una lágrima que habla de ruinas y verdad. Convertir los complejos en virtudes y vacunas. No eres la única persona con complejos y problemas, no, no tienes la exclusividad del sufrimiento. Paséate por un hospital y sabrás qué es valentía y se te irá la tontería.

Ser valiente es cambiar los peros por los voy, los túneles por los puentes, ignorar las señales de STOP que hay en tu cabeza, más llena de no puedos que de pájaros y ojalás. No me hables de valentía si no dejas atrás lo que se quedó atrás y si no te atreves a ser tu mismo. Porque eso, eso sí es de valientes.

Myriam Imedio


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