Mi madre,



Mi madre no recuerda

el nombre se su madre.

Ha olvidado el camino

de regreso a la vida,

no sabe usar el peine,

ni la cuchara,

se pone, casi siempre,

la chaqueta al revés

y revuelve los cajones

en su memoria,

pero siempre sonríe

al escuchar mi nombre.

Mi madre no recuerda

si tuvo algún amante,

si ha viajado muy lejos,

si ha perdido algún tren,

dónde están sus anillos,

si alguna vez fue guapa,

que le gustaba tanto

el Chinchón y el café,

que las letras unidas

tienen significado

y que el perro que amaba

nos dejó ya hace un mes.

Mi madre me recuerda,

sin amargura,

lo que yo he olvidado

tan tontamente,

la oración de su abuela

que me dormía

las canciones de cuna

que me cantaba,

y unas romanzas moras

que, en letanía,

desgrana mirando

por la ventana.

Mi madre y yo sujetamos

recuerdos olvidados

como podemos,

a veces con dolor,

otras con risas,

siempre con esperanza.

Begoña Abad


Comentarios