Las prácticas funerarias en la Europa medieval se popularizaron rápidamente.
Un reciente estudio ha demostrado que la práctica de enterrar a las personas acompañadas de un ajuar funerario fue prácticamente abandonada en toda Europa occidental entre los siglos VI y VIII, en un periodo de tiempo muy corto, lo que invita a pensar que Europa estaba ampliamente interconectada, lo que facilitaba la difusión de nuevas ideas para crear una cultura compartida.
la Europa medieval temprana ha sido vista con frecuencia, tanto por algunos historiadores como por el público en general, como una época oscura y de estancamiento cultural. Sin embargo, un reciente estudio, publicado en la revista Antiquity, sugiere que eso no fue así, sino que la Europa medieval fue un lugar donde las nuevas ideas pudieron extenderse rápidamente a medida que las comunidades se interconectaban, lo que creó una cultura sorprendentemente unificada en todo el continente. De hecho, la idea de una Europa interconectada por el comercio y los viajes de larga distancia que facilitasen la difusión de nuevas ideas para crear una cultura compartida puede parecer moderna, pero este estudio pretende demostrar que, en realidad, Europa ha sido "global" durante más de un milenio.
UN CAMBIO GENERALIZADO EN LAS PRÁCTICAS FUNERARIAS
Emma Brownlee, del departamento de Arqueología de la Universidad de Cambridge, ha estudiado cómo un cambio clave en las prácticas funerarias en Europa occidental se extendió por el continente más rápido de lo que se podía pensar: entre los siglos VI y VIII, el hecho de enterrar a las personas con ajuares funerarios específicos de cada región se abandonó en gran medida en favor de un tipo de entierro más estandarizado y sin objetos. "Antes del siglo VIII, las prácticas funerarias europeas se caracterizaban por tradiciones regionales distintas en los tipos y cantidades de bienes funerarios depositados. Estas diferencias culturales se habían utilizado para delimitar los territorios de diferentes grupos étnicos. Pero casi todo el mundo, desde el siglo VIII en adelante, será enterrado de manera muy simple en una tumba sencilla, sin ajuar funerario que lo acompañe, y este es un cambio que se ha observado en toda Europa occidental", afirma Brownlee.
Antes del siglo VIII, las prácticas funerarias europeas se caracterizaban por tradiciones regionales distintas en los tipos y cantidades de bienes funerarios depositados. De hecho estas diferencias culturales se usaron para delimitar los territorios de diferentes grupos étnicos.
Para explorar a fondo este cambio, Brownlee examinó más de 33.000 tumbas en 237 cementerios de este período, en uno de los estudios más ambiciosos de este tipo. Se utilizó un análisis geoestadístico para crear un "mapa de calor" de las prácticas funerarias, rastreando cómo cambiaba en frecuencia a lo largo del tiempo. Los resultados de este análisis revelan que los enterramientos acompañados de ajuar funerario comenzaron a declinar a partir de mediados del siglo VI en Inglaterra, Francia, Alemania y los Países Bajos, y a principios del siglo VIII ya se había abandonado por completo este tipo de práctica. "El hallazgo más importante es que el cambio de entierro con ajuar funerario a entierro sin ajuar fue contemporáneo en toda Europa occidental. Aunque antes sabíamos que se trataba de un cambio muy generalizado, nadie había podido demostrar hasta ahora hasta qué punto este cambio se encontraba estrechamente alineado en áreas que se hallan geográficamente muy alejadas", explica Brownlee.
REFORZAR LAS CONEXIONES
Básicamente, esta transición contemporánea proporciona una fuerte evidencia de que la Europa medieval temprana era un lugar bien conectado, con contactos regulares e intercambio de ideas que abarcaba áreas muy amplias. Alrededor de este período se observan pruebas de un aumento del comercio de larga distancia, que puede haber sido la forma en que se facilitaron estas conexiones. A medida que la idea se extendió entre las comunidades, la presión social llevó a más personas a adoptarla. Y a medida que aumentaba el número de personas, esta presión crecía, lo que explicaría porqué la propagación de enterramientos sin ajuar pareció acelerarse con el tiempo. Dado que las personas comparten más similitudes, esto probablemente también reforzó las conexiones en sí mismas. "El cambio en la práctica del entierro habrá reforzado aún más esas conexiones; con casi todo el mundo enterrando a sus muertos de la misma manera, un viajero medieval podría haber ido a cualquier lugar de Europa y haber visto prácticas con las que estaba familiarizado", concluye Brownlee.
Fuente:historia.nationalgeographic.com.es
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