Imágenes que no son lo que parecen.

Vía: bazzinga 

Desde selfies que parecen haber sido tomados al borde de un acantilado que luego resulta no serlo, a retoques de Photoshop en el cuerpo de modelos para que nos muramos de envidia, las redes están llenas de mentiras piadosas… o quizás no tan inocentes. Según varios estudios, Instagram es la red social que más influye en la percepción de sí mismos de los jóvenes.



«Mi planta parece una hoja.»

«Realmente pensé que el coche estaba flotando en el aparcamiento.»

«Este charco parece la vista aérea de un bosque.»

«Por el cumpleaños de mi gato, transformé una vieja televisión en una cama para él.»

«Mi suéter parece tener dos colores muy diferentes dependiendo de la luz.»

«El reflejo de la ventana hace que el retrete parezca un objeto especial en un videojuego.»

«Este guijarro parece un cuadro de Picasso.»

«Un conjunto de sofás hecho de ladrillos.»

«Mi perro se quedó dormido bajo la lluvia, y la «sombra» parece un perro de dibujos animados.»

«Una vieja caja de lapiceros de colores después de que las termitas se comieran toda la madera.»

«Hice un círculo con piezas de Lego rectas.»

«Compré una taladradora eléctrica para mis miniaturas de plástico y resultó que también era una miniatura de plástico.»

«El rododendro parece que está intentando escaparse.»

«Aserré accidentalmente este clavo en la madera por la mitad.»

«Mi hija encontró un palo que realmente parece la cabeza de un camello.»

«Un trozo de pared que fue redondeado por el océano.»

«Este árbol parece brocoli.»

«Es sorprendente la cantidad de mordiscos en estas frutas decorativas de plástico en IKEA.»

«Encontré el cristal de sal perfecto en mi paquete de sal.»

«El reflejo de las persianas parece las fases lunares.»

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