HAN VUELTO LOS VENCEJOS (Miguel de Unamuno, 1908)




Han vuelto los vencejos;

las cosas naturales vuelven siempre;

las hojas a los árboles,

a las cumbres las nieves.


Han vuelto los vencejos;

lo que no es arte vuelve;

vuelta constante es la naturaleza

por cima de las leyes


Han vuelto los vencejos;

¿ves como todo vuelve?

todo lo que ha brotado al sol desnudo,

de la inexhausta fuente;

todo lo que no fue de algún propósito

producto endeble.


Han vuelto los vencejos;

¡augusto ritmo, única ley perenne!

¡el año es una estrofa

del canto permanente!


Todo vuelve, no dudes, todo vuelve;

vuelve la vida;

¡vuelve la muerte!

¡cuanto tiene raíces en la vida

al fin y al cabo vuelve!


¡Han vuelto los vencejos,

y al pecho aquellas mismas ansias vuelven…!

Ahora comprenderás lo que en la vida

quiere decirnos: «¡Siempre!»


Siempre, quiere decir la vuelta, el ritmo,

la canción de la mar en la rompiente;

si la ola se retira

ha de volver, pues es de lo que vuelve.


Vuelve todo lo que es naturaleza,

y tan sólo se pierde

lo que es remedo vano de los hombres,

sus artificios, invenciones, leyes…


Han vuelto los vencejos,

como ellos vuelven…¡siempre!:

con su alegre chillar el aire agitan

y el cielo, con su raudo ir y volverse,

al caer de la tarde

cobrar vida parece.


No se posan ni paran, incansables;

sus pies ¿a qué los quieren?

les basta con las alas,

criaturas celestes.


Con ritmo de saeta, ritmo yámbico,

los versos vivos de su vuelo tejen,

chillando la alegría

de sentirse vivientes…


Han vuelto los vencejos;

los del año pasado, los de siempre,

los mismos de hace siglos,

los del año que viene,

los que vieron volar nuestros abuelos

encima de sus frentes natura fuerte,

verán también volar, negros y leves.


Han vuelto los vencejos;

criaturas del aire que no mueren

—¿quién muertos los ha visto?—

heraldos de la vida, amantes fieles

del largo día de la mies dorada;

¡han vuelto los de siempre…!


¡Vencejos inmortales,

alados hijos de natura fuerte

heraldos de cosechas y vendimias,

mensajeros celestes,

bienvenidos seáis a nuestro cielo,

vosotros… los de siempre!


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