AMA, las mujeres buceadoras de Japón.


Hay patrimonios inmateriales que sin duda son muy propios de un país o sino se tratan de algo que en un determinado país han sabido tanto adoptar e incorporar a su propia idiosincrasia de tal manera que termina casi por ser considerado algo propio de la riqueza cultural de ese país, aunque el origen de dicho patrimonio (llámese trabajo o labor) no sea endémico de su tierra de adopción. Ahora bien, Japón y Corea comparten un oficio que es tan singular como propio y si bien este no parece estar relacionado directamente tiene tanto en común que muchos podríamos preguntarnos en dónde se originó. En Japón este oficio en particular, que según los registros históricos data de al menos 2 milenios de antigüedad, es un trabajo que hasta mediados del siglo pasado era practicado por cientos de personas en el país, pero que hoy en día se ha ido viendo afectado por un franco declive que en algún momento ha llegado hasta a preocupar por el riesgo de pérdida que supondría que una parte primordial del acervo cultural de Japón pudiera desaparecer para siempre. ¿A qué oficio nos estaríamos refiriendo?, pues al realizado por las llamadas “Ama”, las mujeres buceadoras de Japón.

Qué son las Ama?… Las llamadas “Ama” son mujeres buceadoras japonesas conocidas por practicar la pesca subacuática además de la recolección de perlas. En el idioma japonés, Ama significa literalmente “mujer buceadora”​ (海女), si bien “Ama” es el nombre con el que más se las conoce, en especial internacionalmente, en Japón y según la zona del país donde trabajen son conocidas de otras maneras, por ejemplo: se las llama “uminchu” en Okinawa o “kaito” en la península de Izu.
Aunque las Ama son famosas por el buceo para la recolección de perlas, la verdad es que al inicio las mujeres se zambullían para pescar y recolectar comida (algas marinas, mariscos, langostas, pulpos, abulones y erizos de mar), solo si encontraban ostras que pudiesen contener perlas entonces las recolectaban, luego más adelante, antes de la industrialización del cultivo de perlas, se dedicaron mayormente a la caza de almejas perlíferas. Sobre el origen del oficio la tradición establece que mientras los hombres pescaban mar a dentro con sus embarcaciones, las mujeres lo hacían mayormente cerca de la costa buceando a pulmón.
En lo orígenes de esta práctica el oficio de las Ama se hacía, como se habrá de inferir, sin ningún aditamento o equipo de buceo como los conocemos hoy día, pero aún en tiempos modernos, las Ama, siguieron y siguen ejerciendo su trabajo sin tanques de aire, snorkel o algún aditamento para respirar, por lo que el oficio es básicamente una forma tradicional de buceo libre. Tradicionalmente, y hasta hace tan relativamente poco tiempo como lo fueron los años 60 del siglo pasado, las Ama se zambullían prácticamente desnudas, usando solamente un pequeño taparrabos o Fundoshi, hoy en día sin embargo y dependiendo de la región donde trabajen, las Ama pueden bucear usando una máscara, aletas y trajes de buceo. Sólo a las buceadoras que trabajan para atracciones turísticas se las ve usando trajes blancos y telas blancas cubriendo sus cabezas. Este cambio de vestuario obedece a términos morales, ya que las telas pese a ser delgadas al empaparse solo ofrecen una dificultad añadida a la apnea y la única ventaja que aporta es la de que al ser blancas aportan un componente de seguridad a la hora de localizar a la pescadora en caso de emergencia.
El aprendizaje de las Ama empezaba a corta edad, ayudando a preparar los utensilios necesarios para la pesca y la recolección de las ostras, así como acompañando a sus madres en la embarcación o en tierra. Tradicionalmente las Amas japonesas se subdividen en tres grados:
– Las buceadoras más jóvenes son conocidas como Koisodo o kachido, estas jóvenes apneistas solían empezar a bucear a partir de los 13 años y comenzaban por inmersiones a poca profundidad, de 2-4 metros, realizando de media unas veinte o treinta inmersiones al día.
– Las Nakasoido son las buceadoras de más de veinte años, que cuentan con una cierta experiencia y son capaces de realizar inmersiones de 4-7 metros de profundidad.
– Las Ooisodo o Funado, son las buceadoras más experimentadas con más de veinte años de experiencia y realizan inmersiones de 15-25 metros de profundidad.​ En una situación normal, una Ama experimentada realiza cincuenta inmersiones por la mañana y otras tantas durante la tarde.​ En el caso de las buceadoras más expertas, las inmersiones a pulmón abierto suelen durar unos 30 segundos, con pausas intermedias de medio minuto en las que regresan a la superficie. Una Funado adulta en plena forma es capaz de hacer inmersiones a más de 25 mts con duraciones superiores al minuto y medio. Muchas de las buceadoras empiezan desde jóvenes y continúan trabajando durante buena parte de su vida.
Una Ama puede seguir buceando hasta la vejez, se sabe de mujeres Ama que siguen trabajando incluso a los 70 años. Las buceadoras mayores son generalmente capaces de permanecer sumergidas más tiempo que las más jóvenes. Usualmente estas mujeres no se dedican exclusivamente a este trabajo, comúnmente lo compaginan con otro, por lo general en la granja familiar.
Un dato curioso es que si bien las Ama femeninas se han hecho más famosas este no es un oficio exclusivamente femenino, pues se sabe que hombres Ama (海士), aunque estos son bastante escasos respecto a las mujeres. Algunos japoneses creen que la mayoría de las Ama son mujeres debido a cómo sus cuerpos difieren del de los hombres: La grasa en un cuerpo femenino se distribuye de manera diferente al de un cuerpo masculino.
En el trabajo por lo que son más conocidas las Ama, es decir, la recolección de perlas se conocen varios métodos para la pesca de las ostras aunque en la actualidad ya no es tan común ver a las Ama recolectando ostras perlíferas como en el pasado, ya que la industrialización del cultivo perlífero en Japón básicamente eliminó la necesidad de la recolección manual en gran escala por parte de las buceadoras, sin embargo los registros históricos reconocen varias maneras de trabajar de las Ama en el pasado, a continuación citamos la descripción de dichos métodos:
– El primero consta en que la pescadora Ama efectúa su descenso muy rápido a las profundidades desde la propia embarcación ayudada por una piedra que se utiliza a modo de lastre y que va unida a la embarcación con una cuerda, la cual es luego izada por el hombre que se queda en la embarcación asistiendo a la pescadora.
– En el segundo la pescadora se lanza al mar con una cesta de mimbre que flota y que va unida a la pescadora por una cuerda, con este sistema el barquero puede desentenderse de la pescadora en el izado del lastre del primer sistema y puede así llevar a varias pescadoras en la misma embarcación las cuales ira recogiendo al terminar la sesión de pesca.
– También hay documentadas escenas en las que las pescadoras inician sus pescas desde tierra, adentrándose en el mar a nado para llegar a zonas de pesquería cercanas a tierra.
En sus orígenes estas pescadoras realizaban su trabajo de pesca sin ningún tipo de máscara lo que como se podrá deducir dificultaba el trabajo para ver bajo el agua, con el tiempo se fueron implantando mascaras de buceo, inicialmente fue una máscara muy similar a las que utilizan los nadadores (tipo gafas/anteojos). La gran diferencia con las máscaras de piscina de la actualidad es que las usadas inicialmente por las Ama poseían una conexión por medio de un tubo entre el habitáculo ocular y una perilla de aire situada a la altura de la oreja. Esta perilla de aire posibilitaba el compensar la presión interior de la máscara con la presión ambiental en profundidad. En la actualidad ya se ven a las Ama utilizando mascaras de formato mono pieza que cubre la nariz y los ojos a la vez al estilo de las típicas máscaras utilizadas en el buceo hoy en día. Estas máscaras ya aportan la posibilidad de compensar presiones tal como se hace hoy en día presionando la nariz e intentando exhalar por ella.
Las Ama, cuentan con un elaborado ritual humano, litúrgico y deportivo fruto de su tradición de miles de años. Han desarrollado ritos y ceremonias, además de incluso festivales, alrededor de la actividad que practican y sobre todo las mujeres que siguen con esta práctica manifiestan gran orgullo de mantener la tradición de un oficio tan particular.
Aunque el trabajo de recolección de perlas por parte de la Ama ha disminuido considerablemente respecto al pasado, todavía se suele practicar en algunas zonas de Japón y en la actualidad es posible ver exhibiciones de pesca de ostras desde embarcaciones en visitas a las zonas donde las pescadoras de perlas siguen activas.
Como dato curioso algunas Ama incluso se hacen tatuar a modo de protección contra el peligro.

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