Tuve un gran amor.

 


Tuve una vez un gran amor que derribó mi casa, agrietó mis puentes y me hizo 

perder el equilibrio. 

Después vinieron las réplicas: amoríos 

de baja intensidad que ni siquiera 

me hicieron temblar. 

En cuanto al gran amor, todavía respira 

debajo de las ruinas.” 

Óscar Hahn


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