Las pecas.


 Un día que estaba en el zoológico, ví a una abuela con su nieta, cuyo rostro estaba salpicado de "pecas rojas y brillantes"... 

Los niños estaban esperando a que un artista pintase sus caritas con patitas de tigre.

-Tú tienes tantas pecas que él no va a tener donde pintar- le grito un niño de la fila en tono burlón.

La niña bajo la cabecita ... la abuelita se agachó y le dijo:

-Adoro tus pecas...!

-¡Pero yo las detesto! -respondió la niña

-Cuando yo era niña, siempre quise tener pecas- le dijo, pasando el dedo por la cara de la nieta.

- ¡Las pecas son tan bonitas!

La pequeña levantó el rostro:

-¿Tú crees que lo son?

-Claro, dijo la abuela. ¿Quieres ver? 

Dime una cosa más bonita que las pecas.

La pequeña, mirando el rostro sonriente de la abuelita, respondió:

-¡Las arrugas!

Aquel momento me enseñó para siempre que si vemos a los otros con ojos llenos de amor, sólo veremos belleza en ellos porque el cariño tornará invisible cualquiera de sus defectos.

Mark Twain


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