Carta a un rehén.
¡Respeto por el hombre! ¡Respeto por el hombre! ¡He allí la piedra de toque! Cuando el nazi respeta exclusivamente lo que se le asemeja, sólo se respeta a si mismo. Rechaza las contradicciones creadoras, arruina toda esperanza de ascenso, y funda por mil años, en el lugar del hombre, el robot de un termitero. El orden por el orden castra al hombre de su poder esencial, el de transformar tanto al mundo como a sí mismo. La vida crea al orden, pero el orden no crea a la vida.
Antoine Saint Exupery
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