UN DÍA.

Un día se termina la prisa, el deseo de buscar aceptación, esas ansias por acumular, por buscar el aplauso y por evitar ser criticado.

Un día caes en la cuenta de que las horas no regresan, de que te quieren los mismos, te desaprueban los de siempre, que el tener obliga y que el ruido del aplauso no te deja escuchar la verdad.

Un día te encuentras en el camino y te va a gustar la soledad, el anonimato, en el que se encuentra la libertad, la aceptación que te aconseja entonces, cualquier sabia elección.

Un día se calman las aguas y aprendes entonces a nadar, a disfrutar el paisaje y a replantear el viaje, ese día se acabaron las tormentas, porque habrás aprendido a no perder el horizonte y cuando así decidas... dejarte llevar.

Lucia Toranzo N.

Ilustración: Bettina Baldassari


 

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