Sabias eras mi debilidad.


 Sabías que eras mi debilidad, y abusaste de ese privilegio que te di, pero así como te lo otorgué, ahora te lo retiro.

Dejas de ser mi mundo, para pasar a ser solo un conocido más.
Dejas de ser mi suspiro antes de ir a dormir, para pasar a ser solo un mal sueño.
Dejas de ser la razón por la cual mi cuerpo reaccionaba con beso tuyo, para pasar a ser la razón por la cuál desconfío de las palabras bonitas.
Te di el privilegio de tenerme, como quisieras, donde se te antojara, pero ya no. Te retiro ese derecho, me fallaste y eso es algo que jamás perdono.
El privilegio de tenerme no se pide, se gana, y no es vanidad, es saber lo que valgo.
Luis Alvarez

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