¿Quién gritará mis versos cuando yo detenga mis huellas?
Quizás algún niño teñido de soles y estrellas se tiente a leer mis relatos y se halle en los mismos caminos que yo abrí con mis sueños.
Sueños que ese niño recogerá para hacerlos suyos.
Yo callaré algún día. El alma azul de mis letras se tornará gris, pero seré color y alegría en los ríos y las sierras.
Seré beso y pasión de los duendes de la memoria y ellos gritarán mis versos. No habrá ningún silencio tras mi nostalgia.
Tu sonrisa será mi voz...
Anónimo.
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