Vivimos de espaldas
Vivimos de espaldas. A los otros, a la vida, a nuestra propia esencia.
Compartimos el mundo pero lo hemos subdividido en millones de mundos pequeños, estrechos, prácticamente inhabitables. Nos hacemos los ciegos, los mudos y los sordos. Nada nos importa y nada nos afecta. Hemos perdido la perspectiva, y ya poco podemos hacer.
Muchos no tienen ni idea de qué es lo que hacen aquí.
Tampoco se lo plantean.
No sirven para nada. No aportan nada.
Sombras de personas que nacen, se reproducen y mueren. Solo cuerpos que se transforman con el tiempo. Carne y huesos. Ni sienten, ni padecen. Indiferentes, vacíos, huecos.
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