¿Qué es un estado del yo?

 


Según la teoría del  Análisis transaccional propuesta por Eric Berne, Los seres humanos, pensamos, sentimos, accionamos y nos comunicamos desde 3 estados del Yo: PADRE, ADULTO y NIÑO.

¿Qué es un estado del yo?

Es la manera en la que manifestamos una parte de nuestra personalidad en un momento dado. Existen tres formas diferentes desde donde podemos relacionarnos con el mundo. Según en qué situaciones, será mejor “funcionar” desde un estado u otro. Los tres estados del yo serían: padre, adulto y niño. Eric Berne, los englobó en tres grupos, ya que los comportamientos, pensamientos, sentimientos y emociones que se expresan en cada estado del “yo”, tienen las características comunes que mostramos a continuación.

PADRE

Tiene que ver con lo que entendemos que es correcto en cada momento, lo que debemos o no debemos hacer, la ética, la moral, aquellas cuestiones propias de nuestra cultura que nos condicionan en la forma de ser y hacer nuestro pequeño mundo. Se llama estado padre o madre porque las actitudes, sentimientos y pautas de conducta de este estado, se asemejan a los de una figura parental. Establece los límites morales, éticos,  de protección y supervivencia.

Nos enseñaron lo que está bien y lo que está mal, lo que es peligroso,  cómo se debe vivir, sentir, en qué debemos creer. Todo eso quedó grabado y dentro de cada uno hay un “padre interior”.

Esa figura de nuestra personalidad  podría ser crítica, como un padre recto, poco flexible, autoritario, enfadado, serio, juzgador, culpabilizador, etc…

Tu estado del yo padre será como una copia de lo que viviste en tu infancia, de los aprendizajes de aquellas personas que tuvieron la autoridad de educarte, Padres, Madres, Maestros, etc.

ADULTO

Es el estado más racional y realista. Un estado desde donde se analiza información, se ordena y se toma la decisión que se cree más acertada, sin dejarse influenciar por las emociones ni las normas.

Se centra en “lo que se debe hacer” y no en “lo que se desea hacer”. Las reacciones del adulto son las ideales para que cualquier conversación tenga fluidez y sea positiva. Es el estado que aminora conflictos y devuelve el bienestar a las situaciones.

El adulto es el que piensa y razona de una manera realista. Los otros dos estados de padre y niño, están más dominados por las emociones y reacciones automáticas.

Una persona que está actuando desde un estado del yo adulto, se mostrará sincera, humana, respetuosa, flexible, empática, resolutiva y objetiva.

NIÑO

Es la parte más dominada por los deseos, impulsos, sueños, espontaneidad, creatividad, entusiasmo. Es la parte espontánea y la de los impulsos naturales. También el yo niño, si está dañado, tiene su vertiente insegura, vergonzosa, atemorizada, cruel, egoísta.

Responderemos desde este estado como lo hacíamos cuando éramos niños, con un alto grado de fantasía y poca racionalidad. No es negativo sacar este estado. Reprimir a nuestro niño interior trae consecuencias negativas.

Hay que dejar que salga, que sienta, se divierta. Si la cuidas en vez de reprimirla, la parte adulta se desarrollará de una manera saludable. Todos llevamos dentro el niño que fuimos.

Para que nos sirve conocer esto?

Con toda esta teoría del análisis transaccional no debemos buscar la perfección, lo ideal es utilizarla para evitar conflictos y malas relaciones, ya que, si se produce una comunicación negativa es que algo está fallando en la complementariedad.

Concluyendo, ningún estado del “yo” es mejor que otro, todo depende del contexto en el que nos encontremos.  Es importante ser consciente de la forma en la que nos relacionamos con el mundo, para así, poder elegir desde donde reaccionamos, ser nosotros y nosotras, las que dominemos las emociones y no tanto vernos dominadas o dominados por ellas, ya que a veces, reaccionar de forma desmesurada sin ser consciente de ello, puede jugarnos alguna que otra mala pasada.

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