LA SABIA ANCIANA.
Decía la sabia anciana: Si vienes a mí como víctima no te apoyaré. Pero tendré el coraje de caminar contigo a través del dolor que estás sufriendo.
Te pondré en el fuego, te desnudaré y te sentaré en la tierra. Te bañaré con hierbas, te purgaré y vomitarás la ira y la oscuridad dentro de ti.
Golpearé tu cuerpo con buenas hierbas, y te pondré en el pasto, mirando hacia el cielo. Luego soplaré tu corona para limpiar los viejos recuerdos que te hacen repetir el mismo comportamiento.
Te soplaré la frente para ahuyentar los pensamientos que nublan tu visión. Te soplaré la garganta para liberar el nudo que no te dejará hablar.
Soplaré tu corazón para asustar al miedo, de modo que vaya muy lejos donde no pueda encontrarte. Soplaré tu plexo solar para extinguir el fuego del infierno que llevas dentro, y conocerás la paz.
Soplaré con fuego tu vientre para quemar los apegos, y el amor que no fue. Soplaré a los amantes que te dejaron, a los niños que nunca vinieron.
Soplaré tu corazón para calentarte, para reavivar tu deseo de sentir, crear y comenzar de nuevo. Soplaré con fuerza tu centros energéticos , para limpiar la puerta sexual de tu alma.
Desecharé la basura que recolectaste tratando de amar lo que no quería ser amado. Usaré la escoba, la esponja y el trapo, y limpiaré con seguridad toda la amargura dentro de ti.
Te soplaré las manos para destruir los lazos que te impiden crear.
Soplaré tus pies para desempolvar y borrar los recuerdos de las huellas, para que nunca puedas volver a ese mal lugar.
Giraré tu cuerpo, así tu rostro besará la tierra. Soplaré tu columna vertebral desde la raíz hasta el cuello para aumentar tu fuerza y ayudarte a caminar erguido.
Y te dejaré descansar. Después de esto llorarás, y después de llorar dormirás, y soñarás sueños hermosos y significativos, y cuando despiertes te estaré esperando.
Te sonreiré, y tú le devolverás la sonrisa. Te ofreceré comida que comerás con gusto, saboreando la vida y te lo agradeceré.
Porque lo que estoy ofreciendo hoy, me lo ofrecieron antes, cuando la oscuridad vivía dentro de mí. Y después de que me curé, sentí que la oscuridad se iba y lloré.
-María Sabina-
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