Ha dicho el escritor francés Yann Moix que las mujeres de 50 años son demasiado viejas.
Que para él son invisibles.
Que es incapaz de amar a una mujer de esa edad.
Yann Moix tiene 50 años.
Pero él es afortunado porque es hombre y vivimos en un sistema patriarcal en el que los hombres son los reyes del mambo.
Un sistema que les ha hecho creer que ellos eligen y ellas esperan.
Ellos desean y ellas complacen.
Ellos envejecen y obtienen más poder y sabiduría.
Ellas envejecen y desaparecen.
Y las fantasías masculinas las rescatan para la pornografía.
Madres o maduritas.
Que tienen la "suerte" de seguir teniendo sexo con hombres.
Que los hombres continúen fijándose en ellas.
Y las ficciones siguen poniendo al héroe de la película con 50 años y ellas con 20.
Es normal: si un hombre demuestra que puede estar con alguien más joven es un crack.
Si lo hace una mujer es una pervertida asaltacunas.
Yann dice que sería incapaz de amar a una mujer de 50 años y tal vez lo que sucede es que es incapaz de amar a nadie.
Porque el amor nada tiene que ver con la vejez o la juventud.
El amor nada tiene que ver con un cuerpo bonito, con una cara bella o con que alguien te ponga.
El amor es la posibilidad real que tenemos los seres humanos de compartir nuestro interior.
Ese al que no se accede por los agujeros del cuerpo.
Ese que es el hogar del pequeño o la pequeña que fuimos.
Dentro de una mujer de 50 años están todas las mujeres que ha sido.
Y el amor es pararte a conocer a cada una de ellas.
Estaría bien que Yann Moix se encontrara con alguna mujer (joven, claro, porque de lo contrario no la vería) en su vida de la que se enamorara.
Y esta supiera qué piensa de las mujeres.
Para poder decirle que los hombres como él son demasiado imbéciles.
Que para ella son invisibles.
Y que es incapaz de amar a hombres así.
Roy Galán
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