Más allá del cuerpo, del sol y de las estrellas.
Más allá del cuerpo, del sol y de las estrellas; más allá de todo lo que ves, y, sin embargo, en cierta forma familiar para ti, hay un arco de luz dorada que al contemplarlo se extiende hasta volverse un círculo enorme y luminoso. El círculo se llena de luz ante tus ojos. Sus bordes desaparecen, y lo que había dentro deja de estar contenido. La luz se expande y envuelve todo, extendiéndose hasta el infinito y brillando eternamente sin interrupciones ni límites de ninguna clase. Dentro de ella todo está unido en una continuidad perfecta. Es imposible imaginar que pueda haber algo que no esté dentro de ella, pues no hay lugar del que esta luz esté ausente.
Esta es la visión de tu alma, quien te conoce bien. He aquí lo que ve tú espíritu, él que conoce a su alma. He aquí el recuerdo de lo que eres: una parte de ello que contiene todo ello dentro de sí, y que está tan inequívocamente unido a todo, como todo está unido en ti.
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