Cíclopes

Los Cíclopes son gigantes que poseen un solo ojo, adicional a esta característica única, son muy fuertes, tercos y de emotividad abrupta, cabe destacar, que su único ojo es de gran tamaño y se encuentra ubicado en el centro de su frente, este ojo cuenta con poderes especiales ya que es capaz de desintegrar casi cualquier cosa con su mirada.

▪Ficha:

Padre: Urano, el dios que representa el cielo.

Madre: Gea, la diosa que representa la Tierra.

Cíclopes: Arges (el que brilla), Estéropes (el que da el rayo) y Brontes (el que domina el trueno).

Oficio: Herreros y artesanos.

Señas particulares: Un solo ojo en el centro de la frente.

Poderes: Mirada pulverizante y fuerza de cien toros.

Obras: Construyeron el Palacio del Olimpo, la morada de los dioses sobre el Monte Olimpo, y los muros de las ciudades de Micenas y Tirinto. Además, forjaron los rayos de Zéus y le dieron los truenos y los relámpagos, entre otros atributos de poder.

▪Historia de los Cíclopes:

Antes de nacer permanecieron muchos años en la panza de su madre, Gea, porque su padre tenía miedo de ser destronado por ellos. Pero cuando Urano fue, finalmente, derrocado por el Titán Cronos, pudieron salir al mundo.

La vida de los cíclopes no fue pacífica, porque al tiempo de nacer los desterraron al Tártaro, que era la parte más fea del Averno y la puerta del Inframundo habitado por los muertos.

Cuando se produjo una guerra entre los Dioses del Olimpo y los Titanes, el propio Zéus liberó a los Cíclopes para que lo ayudaran en batalla. Finalmente los dioses ganaron con la ayuda de los gigantes y éstos, agradecidos por su libertad, crearon algunos regalos para sus benefactores.

A Zeus le dieron su rayo invencible, a Poseidón, el rey de los mares, le regalaron un tridente súper poderoso, y a Hades le forjaron un casco que lo volvía invisible. Otras de sus obras, famosas desde la antigüedad, fueron la armadura de Eneas (héroe de Troya e hijo de la Diosa Afrodita), el arco y las flechas de la diosa Artemisa, además de los poderosos muros de las ciudades de Micenas y Tirinto.

Sin embargo, la amistad con los dioses acabó cuando Zeus mató a Asclepios, un hijo de Apolo, con un rayo forjado por los Cíclopes. Apolo tomó venganza y acabó con los tres primeros cíclopes. Luego surgió una nueva generación de criaturas con un solo ojo pero de menor porte y estatura.

Entre las principales aventuras de esta segunda generación de gigantes está el encuentro con el héroe Odiseo (Ulises), quien a su regreso de Troya se detuvo en la isla de Hesperia, donde habitaba una tribu de cíclopes. Uno de ellos, Polifemo, arremetió contra la tripulación del héroe, devoró a seis de sus principales hombres y encerró al resto en una cueva con el fin de usarlos como provisiones.

Ante semejante dificultad, Ulises usó su arma principal: el ingenio. Se presentó en su cueva y le dijo a Polifemo que se llamaba “Nadie”. Luego lo invitó a tomar vino y cuando el cíclope estuvo borracho le clavó una estaca encendida en el medio de su enorme ojo. Polifemo aullaba de dolor, por lo cual se presentaron los otros cíclopes a defenderlo, pero como el herido argumentaba que “Nadie” le había herido, “Nadie” lo había cegado, sus hermanos pensaron que se había vuelto loco, y en medio de esa confusión, Ulises aprovechó para liberar a sus hombres y escapar raudamente en sus embarcaciones.

Tanto los cíclopes de la primera generación, como estos últimos que aparecen en la Odisea, fueron fuente de inspiración de ogros y gigantes presentes en los cuentos de hadas.

Fuente: Mitología griega.

 Ulises cegando a Polifemo. Grupo escultórico hallado en 1957 en una villa que el emperador Tiberio (14 al 37 d.C.) construyó en Sperlonga junto al mar. Tenía una gruta, utilizada para comer en verano, en la que estaba este grupo que representa el famoso pasaje de la Odisea. Se ha atribuido su autoría a los escultores rodios Agesandro, Atenodoro y Polidoro que, según Plinio el viejo, son los mismos autores del famoso grupo de Laocoonte y sus hijos. Su estilo dinámico y su tremenda musculatura permiten atribuirlo al período helenístico, hacia el 180 a.C.


Comentarios