LOS ÁRBOLES DE HIROSHIMA 75 AÑOS DESPUÉS DEL BOMBARDEO NUCLEAR.
75 años después, el mundo recuerda la devastación que dejaron las bombas Little Boy y Fat Man en Hiroshima y Nagasaki .Los ataques nucleares que marcaron el fin de la Segunda Guerra Mundial dejaron dos ciudades arrasadas y decenas de miles de muertos.El 6 de agosto de 1945 el idílico jardín Shukkeien en la ciudad de Hiroshima se transformó en un infierno ."La gente comenzó a llegar al jardín con los brazos en alto, porque la piel quemada se había desprendido y les colgaba de las uñas. Subían los brazos para evitar más dolor cuando la piel tocaba el suelo".Tomoko Watanabe ha dedicado su vida a difundir el pasado doloroso de Hiroshima, su ciudad natal.A las 8:15 de aquel 6 de agosto, Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima el primer ataque nuclear en la historia de la humanidad. La bomba atómica explotó a 600 mt de altura, desatando una furia de viento y radiación que mató en ese momento y los meses siguientes a cerca de 140.000 personas .El jardín Shukkeien, el más antiguo de la ciudad, se encontraba a solo 1,7 km del hipocentro de la explosión ."La gente comenzó a llegar al jardín desesperada en busca de agua, porque hay un río muy cerca", señaló Tomoko."Llegaban descalzos. La piel de la espalda también les colgaba y la arrastraban desde los talones. Llegaban con el rostro ennegrecido pidiendo 'agua, agua', intentaban escapar del epicentro y caminaban como fantasmas". Relata Tomoko.Hay cerca de 160 árboles sobrevivientes en Hiroshima. Muchos fueron trasladados y replantados debido a obras de construcción. Y solo unos 30 aún se encuentran en el mismo lugar en que se hallaban cuando explotó la bomba. De esos testigos silenciosos, el más antiguo se encuentra en el jardín Shukkeien y es un viejo amigo y fuente de inspiración para Tomoko: un majestuoso ginkgo biloba de 300 años .Tomoko y, su madre, Teruko relataron cuán difícil ha sido para los propios habitantes de Hiroshima afrontar las heridas del pasado. Tomoko nació unos años después de la explosión nuclear, y tiene hoy cerca de 70 años ."Mi madre y mi padre sobrevivieron a la bomba, pero nunca me hablaban de ese tema", relató Tomoko.Fue recién en la universidad que Tomoko, con 20 años, quiso conocer más sobre la explosión nuclear, y recogió para un ensayo los relatos de "Hibakushas", como se conoce a los sobrevivientes de la bomba. Ellos narraron lo que ocurrió en el jardín Shukkeien .Encarar el pasado fue aún más difícil para la madre de Tomoko. Teruko sólo rompió su silencio cuando su nieta era una niña y le preguntó por la explosión nuclear para un trabajo escolar." Cuando lanzaron la bomba yo tenía 15 años y era residente en una escuela de enfermería", recordó Teruko. "En el momento de la explosión yo estaba entrando al edificio, si hubiera estado un paso atrás no estaría viva" ."Muchas cosas me cayeron encima, quedé bajo una mesa, mi uniforme estaba hecho pedazos"."Recuerdo que había personas quemadas entre escombros pidiendo socorro , solo pude ayudar a unas pocas".A las puertas de la escuela llegaba la gente pidiendo "agua, agua", y al igual que en el jardín de Shukkeien, "las personas tenían los brazos en alto, así, porque les colgaba la piel", recordó Teruko elevando sus propios brazos. "Nos habían enseñado en las lecciones de enfermería que a los quemados no hay que darles agua pero me rogaban desesperados, así que encontré un caño roto del que salía algo de agua y les acerqué un poco con una lata "Brotes de esperanza ¿Cómo fue posible hallar en medio de tanta desolación y sufrimiento alguna señal de aliento? La respuesta la dio la propia naturaleza, según relató Tomoko."La explosión nuclear dejó los árboles como palos carbonizados" ."Decenas de miles de árboles no sobrevivieron, y la gente decía que nada crecería en Hiroshima durante 75 años. No había color en ningún lado y muchos pensaban que era una ciudad muerta" ."Pero en la primavera aparecieron brotes verdes en los árboles que sí habían sobrevivido "."Imagino lo que debe haber significado ese color vívido y brillante de los diminutos capullos en ese mundo descolorido" ."Eso dio a muchos alivio y esperanza". Los árboles sobrevivientes de Hiroshima aún hoy muestran sus heridas. Muchos tienen cavidades o troncos retorcidos y están inclinados en dirección del hipocentro nuclear.La ráfaga de radiación dañó más un lado de la corteza, y con los años el tronco se torció hacia esa parte débil. Incluso los árboles plantados años después en Shukkeien tienen un mensaje sobre el pasado. "Tras la explosión el río quedó lleno de cadáveres. Los restos de esas personas fueron enterrados en Shukkeien, por lo que hoy dan vida a todos los árboles del parque ".Los árboles sobrevivientes son venerados en Japón y marcados con placas conmemorativas .La historia de los árboles llama la atención sobre el impacto espeluznante de una guerra nuclear, pero al mismo tiempo, por la resiliencia y la belleza de los árboles, es un legado lleno de esperanza .El proyecto de Nassrine y Tomoko ya ha enviado semillas de los árboles de Hiroshima a más de 30 países, desde Singapur a Afganistán. En América Latina hay descendientes de los árboles sobrevivientes de Hiroshima en Colombia y en Chile .Los árboles de Hiroshima simbolizan que la vida siempre gana y, a pesar de las dificultades, se puede construir una paz próspera y para todos mientras se rechaza la guerra y los horrores que ella trae .Para Tomoko, "los árboles nos enseñan cómo vivir. Ellos fueron dañados pero volvieron a brotar, se esfuerzan por vivir cada día y dan semillas para el futuro"LA HISTORIA DEL BOMBARDEO Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, fueron ataques nucleares ordenados por Harry S. Truman, presidente de los Estados Unidos, contra el Imperio del Japón. Los ataques se efectuaron el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente, lo que contribuyó, junto con la Guerra soviético-japonesa, a la rendición de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial. Después de seis meses de intenso bombardeo de otras 67 ciudades, el arma nuclear Little Boy fue soltada sobre Hiroshima el lunes 6 de agosto de 1945, seguida por la detonación de la bomba Fat Man el jueves 9 de agosto sobre Nagasaki. Entre 105, 000 y 120,000 personas murieron y 130, 000 resultaron heridas. Hasta la fecha, estos bombardeos constituyen los únicos ataques nucleares de la historia .Se estima que hacia finales de 1945, las bombas habían matado a 166,000 personas en Hiroshima y 80,000 en Nagasaki, totalizando unas 246,000 muertes, aunque solo la mitad falleció los días de los bombardeos. Entre las víctimas, del 15 al 20 % murieron por lesiones o enfermedades atribuidas al envenenamiento por radiación. Desde entonces, algunas otras personas han fallecido de leucemia (231 casos observados) y distintos cánceres (334 observados) atribuidos a la exposición y a la radiación liberada por las bombas. En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles .Seis días después de la detonación sobre Nagasaki, el 15 de agosto, el Imperio de Japón anunció su rendición incondicional a los «Aliados», haciéndose formal el 2 de septiembre con la firma del acta de capitulación. Con la rendición de Japón, concluyó la guerra del Pacífico y, por tanto, la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencias de la derrota, el Imperio nipón fue ocupado por fuerzas aliadas lideradas por los Estados Unidos —con contribuciones de Australia, la India británica, el Reino Unido y Nueva Zelanda— y adoptó los «Tres principios antinucleares», que le prohibían poseer, fabricar e introducir armamento nuclear.77
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