LA ESPERA.

 

Cuando te fuiste al trabajo, empecé mi recorrido por la casa. Me fui al patio trasero para estar vigilante de los gatos de la vecina que siempre se meten a buscar restos en la basura...problema controlado en cuanto me vieron salieron disparados. Al poco rato, me fui al patio delantero ya que no tardaba en pasar el cartero, y he notado, que si no me ve ahí solo te avienta las cartas al suelo. Me imagino que yo estando ahí parado le da un poco de vergüenza hacerlo, y propiamente las deja en el buzón. A partir de esta hora, se pone un poco cansado el día, ya que empieza el desfile de los señores de la basura, los del gas, el agua. Muchos de ellos ya me conocen, de hecho, me dicen diferentes nombres. Por supuesto nunca soy grosero con ellos, pero si les dejo saber que aquí estoy vigilante de todo.

Por ahí de las 2:00 de la tarde, es una muy buena hora. Los niños de a lado llegan de la escuela y siempre hacen una escala a saludarme...son buena onda. La pequeña Susy, siempre me lleva algo de comer "te traje esto que no me gusta pero sino me lo como mi mamá me regaña". ¿Sabes? tiene toda la razón, está malísimo!!! Pero con tal de que no la regañen me como todo.

Ya entrada la tarde, vuelve a estar traficada la calle y tengo que estar nuevamente muy vigilante. Salen los chavos de sus casas, y ya sabes...están en la edad de que quieren llamar la atención haciendo muchas veces tonterías. Empiezan a aventar cosas, a tocar timbres, a querer brincarse bardas...yo se que no lo hacen por malos, pero ni hablar, tengo que mostrarles disciplina con mis ladridos. El que me tiene extrañado es Carlitos, el chavo de a dos casas, ahora ya trae arete, los pelos todos parados y empezó a fumar. Cada vez que pasa le llamo, ya que de niño siempre me pasaba a ver. Al principio como va con sus cuates, no me hace caso...pero siempre se queda atrás, y me pasa a saludar. Yo aprovecho para decirle con mis lamidas y movimiento rápido de cola que no importa que tan parado tenga el pelo, siempre lo vamos a querer, pero que se cuide y no haga tonterías.

La noche empieza a caer, los chavos y niños regresan a sus casas...por fin un poco de tranquilidad. Es cuando aprovecho a acostarme en la entrada de la casa y esperar tu llegada. A lo lejos, puedo escuchar ese zumbido que tiene tu coche, que por cierto, dijiste que lo ibas a mandar a arreglar hace como 10 meses. El zumbido cada vez es más fuerte, de seguro vas por la esquina, ahí por la tiendita de Doña María. Ya empiezo a percibir tu olor y mi cola, empieza a moverse por si sola...por fin estás aquí!!!

Te bajas del auto, como siempre, con miles de cosas en las manos, y al verte entrar...para mi en ese momento realmente comienza mi día, ya que tu compañía es lo que hace que mi mundo tenga sentido. ¡¡¡Bienvenido a casa!!! Ahora cuéntame tu...¿cómo estuvo tu día?

Tomado de la red.


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