EL GENOCIDIO DE RUANDA


Un ruandés de 25 años de edad le contó a un prestigioso medio de comunicación cómo se enteró de las circunstancias de su nacimiento.

Su madre fue violada durante el genocidio de Ruanda, ocurrido a lo largo de 100 días en 1994.
Durante la masacre, más de 800.000 personas, la mayoría de la etnia tutsi, fueron asesinadas por miembros de la etnia gobernante, los hutus.
Jean-Pierre, dice que empezó a preguntarse quién era su padre cuando al final de la escuela primaria recibió un formulario en el que le pedían el nombre de su progenitor, además del de su madre, y él no lo sabía.
No tener un padre en casa no era raro en Ruanda, por los cientos de miles de personas asesinadas durante el genocidio.
Jean-Pierre había escuchado los cuchicheos de su comunidad, pero tardó años en saber toda la verdad.
La historia, dice con firmeza su madre, Carine, "no es algo que pueda asimilarse rápido".
"Mi hijo seguía preguntando quién era su padre. Pero entre los 100 hombres o más que me violaron, no podía decir cuál de todos era el padre", explica.
«MUCHAS VECES QUISE MORIR»
Al escuchar la historia de Carine, queda claro por qué esperó hasta que su hijo tuviera la edad suficiente para decirle la verdad. Ella fue una de cientos de miles de mujeres y niñas, principalmente tutsis , que fueron atacadas sexualmente por vecinos hutu, milicias y soldados.
Cuando la violaron por primera vez, muy joven, el genocidio acababa de comenzar. Durante al asalto todavía estaba sangrando por dos heridas de machete en ambos lados de la cara, que hasta hoy le dificultan comer y hablar. Sus agresores, personas que alguna vez habían sido parte de su misma comunidad, la habían arrastrado hasta el borde de un pozo donde estaban tirando los cuerpos de los hombres, mujeres y niños que acababan de asesinar en una escuela. A pesar de sus heridas, a pesar del dolor, Carine no quería morir. Tampoco quería morir cuando un grupo de soldados la asaltó sexualmente unas horas más tarde, causándole daños inimaginables. Solo cuando otro grupo la atacó, mordiéndola por todo el cuerpo, decidió que ya no quería vivir. "(Ahí fue que) quise morir pronto. Muchas veces quise morir",cuenta.
«NO SIENTO AMOR»
Pero su terrible experiencia apenas había comenzado: el hospital que intentó salvar su vida fue rápidamente invadido por la milicia hutu.
"No podía escapar. No podía irme porque tenía todo roto", dice.
"Quien quisiera tener sexo conmigo podía hacerlo. Si los atacantes querían orinar, podían venir y hacerlo en mí", señala.
Solo cuando el rebelde Frente Patriótico Ruandés liberó el hospital, Carine finalmente recibió el tratamiento que necesitaba y se le permitió regresar a su pueblo, débil, rota, sangrando, pero viva. Así que cuando los médicos descubrieron que estaba embarazada, se sorprendieron.
"Les preguntaba qué hacer ya que no quedaba casi nada de mi cuerpo", recuerda.
"Cuando nació el bebé, no podía entender por qué. No podía creer que el niño fuera mío. Siempre estaba pensando en lo que había pasado. Después de dar a luz, me quedé con el bebé, pero no sentía amor", confiesa.
Carine finalmente le contó a Jean-Pierre la historia completa de su concepción y nacimiento cuando él tenía 19 o 20 años.
El joven lo ha aceptado, dice Carine. Pero aun así siente que hay un agujero en su vida que debería ser ocupado por un padre. Sorprendentemente, no siente odio hacia el hombre que atacó a su madre .
Carine también ha decidido perdonar. "Una de las cosas que más me traumatizaba era pensar en ellos (en los hombres que la violaron). Pero cuando perdonas, te sientes mejor", dice la mujer.
"Nunca me he enfadado con él", agrega Jean-Pierre, refiriéndose a su progenitor "A veces pienso en él: cuando me enfrento a desafíos de la vida, siento que me encantaría tener un padre que me ayudara a resolver los problemas".
El joven planea convertirse en mecánico, ayudar a su familia y tener la suya propia.
Aunque para todo eso se necesita dinero, y el dinero es algo que escasea, dice.
Carine recibió terapia desde el inicio, lo que la ayudó a crear un vínculo con Jean-Pierre mientras el niño crecía: " Ahora si siento que es mi hijo" .
Su cercanía es fácil de ver cuando se sientan en un escalón mirando hacia verdes colinas desde la puerta de su nuevo hogar, comprado con la ayuda de la fundación Surf.
Se encuentra a las afueras de la aldea donde creció Carine: la aldea de la que huyó cuando su familia trató de hacer que abandonara a Jean-Pierre, la aldea donde a este le ponían apodos cuando era más joven.
Jean-Pierre está muy orgulloso de su madre y de lo que ha logrado: "Es muy difícil de ver, pero estoy muy feliz con su progreso, con la forma en que aceptó lo que sucedió, la forma en que piensa sobre el futuro y el camino a seguir".
Esta historia, con sus trágicas variaciones, se les ha relatado Miles de veces a los niños de Ruanda en los últimos 26 años, aunque rara vez se cuenta abiertamente.
"La violación es un tabú. En la mayoría de los casos, la vergüenza cae sobre las mujeres en vez de caerle a los hombres".
EL GENOCIDIO
En Ruanda, un país apreciado por sus bellos paisajes montañosos, las reservas de gorilas y las exportaciones de café,se cometió la peor masacre en la historia reciente de África. Fue un intento de exterminio de la población de la etnia TUTSI por parte del gobierno hegemónico HUTU de Ruanda entre el 7 de abril y el 15 de julio de 1994, en el que se asesinó aproximadamente al 70 % de los tutsis, se calcula que entre quinientos mil y un millón de personas fueron asesinadas.
La violencia sexual fue generalizada; se cree que fueron violadas entre doscientas cincuenta mil a quinientas mil mujeres durante el genocidio. Los asesinatos masivos se iniciaron tras el atentado del 6 de abril de 1994 contra el presidente ruandés Juvénal Habyarimana y el presidente burundés Cyprien Ntaryamira, ambos hutu, que murieron tras ser derribado el avión en el que viajaban por dos misiles lanzados desde tierra.
Aunque la muerte del presidente ruandés, Juvénal Habyarimana, la noche del 6 de abril de 1994, dio inicio al genocidio, existía un conflicto más profundo, cuyas causas se remontan al periodo colonial del siglo XIX, cuando los belgas tenían el control del país y empezaron a clasificar a la población de acuerdo a su etnia. La inequidad en los beneficios entregados a cada una de estas ocasionó las tensiones.
A los tutsis, que conformaban en 14% de la población, les fueron otorgados mejores empleos, por considerar que eran más parecidos a los europeos. Mientras que los hutus, mayoría en Ruanda, fueron relegados a tareas menos cotizadas.
La Subordinación de la mayoría HUTU a la minoría TUTSI, en el marco de un orden colonial e injusto, exacerbó las diferencias y el odio social dentro de la sociedad ruandesa.
Antes de la independencia y durante el dominio de Bélgica, el país y sus instituciones estuvieron dominadas por los belgas en alianza con la minoría tutsi.
En 1962, Ruanda declaró su independencia y, en medio de un pedido de igualdad de derechos, la etnia hutu tomó el control político del país. Más de diez años después, en 1973, el hutu Juvénal Habyarimana llegó a la presidencia mediante un golpe de estado.
Las tensiones interétnicas seguían exacerbándose, por esta razón el gobierno y la guerrilla del Frente Patriótico Ruandés (FPR), formado por rebeldes tutsis, firmaron un acuerdo de paz, pero su aplicación estuvo retrasada parcialmente por el presidente Juvénal Habyarimana, cuyos aliados, Hutus extremistas de la Coalición para la defensa de la República (CDR), no aceptaban los términos.
DISCURSOS DE ODIO
Los discursos de odio fueron una gran arma de propaganda contra tutsis, uno de estos colaboradores fue la Radio Télévision Libre des Mille Collines (Radio Televisión Libre de las Mil Colinas, RTLM). Esta estación radial fundada en 1993, empezó como una estación normal poniendo música pop y rock, pero luego esta estación de radio se volvió un arma para suscitar el odio contra los tutsis.
El 6 de abril de 1994 ha pasado a ser una fecha macabra no sólo para la historia de Ruanda, sino también para la historia de la humanidad. A raíz, del asesinato de presidente Habyarimana, el conflicto interno ruandés ganó en crueldad y se convirtió en un enfrentamiento a gran escala que alcanzó todos los rincones del país. A continuación, una secuencia cronológica de los terribles hechos que tuvieron lugar en los meses de abril, mayo, junio y julio.
CRONOLOGÍA DEL GENOCIDIO:
El 6 de abril de 1994, un atentado contra el avión que transporta al presidente Habyarimana y a su homólogo de Burundi, Cyprien Ntaryamira, acabó con sus vidas. La aeronave fue impactada por un misil mientras aterrizaba en el aeropuerto de Kigali, capital de Ruanda. Esa noche, surgieron las primeras muertes.
El 7 de abril es asesinada la científica y primera ministra, Agathe Uwiligiyimana y de diez soldados belgas encargados de su protección. Este hecho acrecentó la ira de extremistas hutus, quienes dieron inicio a una campaña que invitaba a matar a los tutsis y quienes los protegieran.”
El 9 de abril de 1994 sucedió la masacre de Gikondo, en la que fueron asesinados más de cien tutsis refugiados en una iglesia católica.
El 18 de abril de 1994, la Masacre de Kibuye sumó 12.000 tutsis a las estadísticas de muertes, fueron asesinados en el estadio de Gatwaro donde buscaban protección.
Del 28 al 30 de abril, miles de refugiados huyeron a países vecinos como Tanzania, Burundi y Zaire; territorios conocidos en la actualidad como la República Democrática del Congo.
Para mayo de 1994, un 80% de las masacres ya habían sido perpetradas.
El 23 de junio, la Organización de Naciones Unidas activó la "Operación Turquesa", con el fin de restablecer el orden en el país y mantener una zona de protección humanitaria ubicada al suroeste de Ruanda. Esta responsabilidad fue entregada a Francia, que años después, fue señalada de dar apoyo logístico a los hutus en la masacre y de proteger al gobierno mediante la operación.
Finalmente, en Julio de 1994, el Frente Patriótico Ruandés derrotó a las tropas gubernamentales conformadas por extremistas hutus y toma el control del país dando fin al genocidio. Fue formado un gobierno de unidad nacional con Pasteur Bizimungo, miembro de la etnia Hutu, como presidente, y Paul Kagame, representante del pueblo tutsi, como vicepresidente.
Paul Kagame fue elegido presidente de Ruanda por el partido ‘Frente Patriótico Ruandés’ en el año 2000, desde entonces ha gobernado a la nación africana.
El papel de Occidente en todo el proceso fue deplorable. Mientras el secretario general de la ONU pedía un refuerzo de la misión UNAMIR, destinada a intervenir en Ruanda, estados como Bélgica, Francia y Estados Unidos desoían su llamada. Cada país anteponía sus intereses en la zona a la interrupción del conflicto. Washington retrasó una y otra vez en el Consejo de Seguridad de la ONU la votación de resoluciones que detuvieran las matanzas. Cuando finalmente se reforzó la misión, no quedaba mucho que pacificar.
Considerando todos los datos y testimonios que se poseen acerca del genocidio de Ruanda, hay que aclarar que este no fue exactamente un genocidio de hutus por un lado contra tutsis, por otro, sino que una falange radical y mayoritaria de los hutus fue la que preparó el aniquilamiento masivo tanto de tutsis como de hutus moderados u opositores del régimen de Habyarimana y cercanos al Frente Patriótico Ruandés (FPR). Por lo tanto, el genocidio no fue sólo de carácter étnico, sino también político. Por otro lado se puede destacar que hubo entre las víctimas miles de ciudadanos hutus muertos a manos del FPR.

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