UN MATRIMONIO BIEN COMPENETRADO.

Isabel fue tenida por una de las mujeres más hermosas de su tiempo. Si a ello se añade un carácter dulce y discreto y una nada despreciable inteligencia; es lógico que el Emperador, cayera rendido ante su esposa 

A sus 26 años, Carlos I ya había dado suficientes muestras de su debilidad ante los encantos femeninos. Recién llegado a España con solo 17 años, tuvo una apasionada relación con su abuelastra Germana de Foix; que lo inició en los placeres amatorios 

La luna de miel no pudo alargarse en demasía,

y 9 meses después de llegar a Granada; los intereses del Reino llevaron a la pareja a tierras Vallisoletanas

Y fue en  Valladolid, dónde nacería su hijo Felipe. Tras permanecer junto a la Emperatriz durante las 13 horas que duró el parto. Carlos pudo mostrarse ,en palabras de testigos presenciales:””alegre, regocijado y gozoso del nuevo hijo “”

Al nacimiento siguieron las fiestas propias en estos casos

Poco después; como había sucedido con la luna de miel, la política se impuso y tanta felicidad se vio interrumpida por las alarmantes noticias llegadas desde Italia: Francisco I y el Papa Clemente VII desafiaban de nuevo al emperador y la respuesta no se hizo esperar. El saqueo de Roma por soldados españoles y alemanes a las órdenes de quien se presuponía mano armada de la Cristianidad, estremeció a las Cortes europeas. La partida del emperador se hizo inevitable.

Isabel estaba nuevamente embarazada quedaba como regente e iba a gobernar un reino del que nunca fue Reina titular; no fue reconocida Reina de España, ya que tal cargo lo ostentó su suegra Juana I de Castilla mientras vivió.

A partir de ese momento, la figura de Isabel es clave en la vida de Felipe. A esta primera separación, siguieron muchas otras, Isabel supo administrar admirablemente bien los reinos hispánicos. Organizó su casa y Corte y preparó a sus hijos con una excelente formación.

El pequeño Felipe acaparo buena parte de la atención de Isabel, ya que no gozaba de buena salud.

María su hermana crecía fuerte y despierta por lo que Isabel centró toda su atención en Felipe. Entre ellos había gran complicidad dicen que se entendían con sólo mirarse y hay anécdotas que lo demuestran, durante un viaje entre Ocaña y Aranjuez, el Príncipe con solo 4 años, pidió a su madre que le dejara acompañarla a lomos de una mula, como fiel escudero.

María y Felipe estuvieron muy unidos, apenas les separaba un año de edad. Aunque con su hermana Juana ,tuvo muy buena relación ,la diferencia de edad(8 años)hacía que se sintiera más cómodo con María, ya que compartían juegos y otras actividades 

Pese a la distancia, la emperatriz nunca dejó de estar cerca de su marido. Ni al emperador le faltaron noticias de su familia. Ambos intercambiaron una prolija correspondencia, donde Isabel además de rendirle cuentas de sus disposiciones políticas, le narraba los avatares cotidianos. Le pedía que no se arriesgase en exceso y no tardará en regresar a su lado.

Las más de un centenar de cartas que, durante sus ausencias Isabel dirigió al emperador estaban escritas en castellano por sus secretarios, sin embargo, ella añadía una frase autografiada en portugués; ya que nunca olvido sus orígenes.

Pero la rutina marcada por el emperador y la Serena tranquilidad de la familia Real; se interrumpiría en Abril de 1539 con la muerte de Isabel.

Tiziano-El Prado


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