“No haré ningún esfuerzo más, que te vaya bien.”

Nunca fue mi intención tener el papel de un obstáculo en tu vida, mucho menos rogar por amor, quise luchar por ti, como lo haría cualquier persona convencida de que lo hace por algo que vale la pena, quise agotar hasta mi último aliento por una causa que más tarde comprendí que era imposible, no sé exactamente en que me equivoque, aunque creo que la respuesta es más que simple: mi error fue haberme enamorado de ti.

Soy de esas personas que les cuesta mucho darse por vencidas, porque regularmente con esfuerzo, paciencia e intentándolo una y otra vez suelo obtener lo que busco, pero eso es porque las cosas solo dependían de mí, en una relación es imposible hacer que las cosas funcionen si el otro no quiere, si no pone de su parte, simplemente por más que te esfuerces las cosas no se van a dar.

Quería tener la  completa seguridad de que no me dejaba nada, que lo había intentado todo, para retirarme sin remordimientos, para no tener esa vaga pregunta torturándome en mi mente, para no preguntarme por las noches “¿Qué hubiera pasado si…?”, pero gracias a ti ha quedado más que claro que todo ha sido una pérdida de tiempo y de emociones, porque todo el tiempo y los sentimientos que te di fueron un completo desperdicio.

Quizás sea la suficiente obstinación de no dar nada por vencido rápidamente, pero tampoco soy un una persona estúpida que no se da cuenta cuando las cosas ya no pueden mejorar, sinceramente lamento mucho haberte conocido, pero al menos la experiencia me quedará, y simplemente espero poder reconocer más rápidamente si en el futuro me encuentro a alguien parecido a ti, quisiera poder darme cuenta más pronto para pasar de largo sin siquiera pararme a intentarlo.

Lastimosamente no hay nada rescatable de aquello que compartimos los dos, ni tan siquiera la amistad por el miedo que le tienes a quien ahora te acompaña.

Que seas feliz. Creo que nuevamente vuelves a equivocarte pero ya no importa, nada importa.


Comentarios