Delfos.
Delfos fue durante más de mil años uno de los lugares de culto más importantes del planeta. Se le consideraba el ónfalos (ombligo) del mundo, dado que en este punto se encontraron dos águilas de
Zeus que, partiendo de dos extremos del cosmos, debían hallar el centro de la tierra.
En el oráculo Apolo hablaba por boca de las pitonisas a las multitudes que acudían con Ofrendas a consultar por sus dudas, que iban desde cuestiones existenciales y filosóficas, hasta preguntas por el futuro.
El piadoso, llegaba por la Vía Sacra, debía hacerse las abluciones en la fuente Castalia, donde la pitonisa también bebía y se lavaba antes de conectar con el dios. En las puertas
del oráculo se podían leer preceptos como ...
"Conócete a ti mismo" o "Nada en exceso" ...
proclamados por los Siete Sabios de Grecia. Estas sentencias filosóficas son pequeñas píldoras de sabiduría esencial y, con mucho acierto, apelan a que para conocer el universo, incluso a los dioses, el ser humano debía mirar en su interior; muy antiguas eran ya las ideas de cosmos y microcosmos.
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