VENCER AL FASCISMO ¿CON MEMES?

Cuando los fascistas asesinaron a Federico lo hicieron porque le tenían un miedo atroz. Necesitaron una docena de fusiles para intentar silenciar a un poeta bajito, a un maestro cojo y dos banderilleros.

Es el mismo miedo que le tenían a Miguel Hernández, que animando a las tropas con sus versos tenía más peligro que una división de tanques. O a Picasso que con su Guernica denunció ante el mundo las atrocidades de la legión Cóndor contra la población civil. 

Fijaos si les dura el miedo que ochenta años después Almeida quita los versos de Miguel Hernández y analfabetos atacan los monumentos de García Lorca, al Guernica todavía no se les ha ocurrido meterle mano pero todo se andará. 

Y nosotros los antifascistas del siglo XXI, QUE DEBERÍAMOS SER DIGNOS CONTINUADORES DE LA LUCHA DE ELLOS, Bertol Berch, George Ornwell, Umberto Eco y tantos otros, resulta que no se nos ocurre nada mejor que unos míseros memes, que además ni siquiera son nuestros sino copiados de por ahí porque te encuentras la misma chorrada una docena de veces. Ni siquiera un argumento coherente sujeto-verbo-predicado.

Hablas con gente que en cuanto no les ríes la gracia te tachan de fascista o monárquico o  directamente te amenazan, y piensas si merece la pena explicarle al niñato de turno que llevas en la militancia desde los 16, y eso es antes de que ese naciera. Que tienes una cicatriz de un navajazo en un brazo y otra de un pitón en la ceja que a poco pierdes un ojo, y te das cuenta de que no merece la pena, que prefieres seguir la lucha solo a compartir trincheras con según qué elementos. 

Federico, Hernández o la pasionaria se morirían de la vergüenza de ver el nivel, y en el otro lado los fachas deben estar partiéndose de la risa. 

Y así nos va.

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