Estoy harta, estoy cansada.

Estoy harta, estoy cansada, y parece que quienes me rodean no se dan cuenta que me aferro con garras y dientes a cualquier distracción para evitar en la medida de lo posible no pensar en mí, no pensar que va a ser de mí. En las circunstancias, en el vaivén, en lo que me va consumiendo, en lo que necesita un poco más de tiempo para poder solucionar. Mentiría si digo que no me está costando. Mentiría si digo que soy fuerte y valiente.  No lo soy, no me siento así.

Estoy cansada de tener el cuerpo constantemente dolorido y de tener los brazos llenos de agujeros, heridas que no han tenido tiempo de cicatrizar. Me recuerdan que aún queda un poco en este camino y me hacen llorar por quienes, con paciencia, soportan otro tipo de dolor que de alguna forma les he creado sin quererlo. Hay días, como hoy, que simplemente soy más consciente de que la vida… no es justa.

Anónimo.