El método de la piedra gris
Existen ciertas personas cuyo comportamiento es sumamente molesto y tóxico. Son de esos individuos a los que les encanta el conflicto y se sienten satisfechos cuando hieren a los demás. Para ellos, rebajar el estado emocional del otro, es una forma de obtener placer y confort.Cabe la posibilidad de que este tipo de personas sufra algún trastorno de la personalidad, como el narcisismo, la sociopatía o la psicopatía.
Gente tóxica
Sabiendo esto, ¿cuáles son las opciones que tenemos para evitar caer en su juego?
Pues bien, no cabe la menor duda de que la mejor alternativa es decir “adiós” y alejarse de esa persona siempre y cuando sea posible.
La tolerancia es un valor indispensable en las relaciones humanas, claro está; pero, como todo en la vida, la paciencia tiene sus límites y uno no debe confundir tolerancia con pasividad o paciencia con quietud.
Por eso, cuando uno lleva soportando de forma constante los berrinches de nuestro cónyuge, las súplicas de nuestros hijos, las quejas de nuestros amigos o los insultos de nuestros padres; llega el momento de hacernos valer como individuos con derecho a la dignidad.
Es por eso que, alejarse de ciertas personas temporal o permanentemente, no debe ser calificado como un gesto de deshonra, apatía o falsedad.
La decisión de romper una amistad, un contrato o una relación con alguien, debe tomarse desde la perspectiva de que es lo mejor tanto para el uno como para el otro.
Ahora bien…
¿cuál es el problema que surge con las personas tóxicas?
Estas personas en particular, no siempre es posible que desaparezcan de nuestras vidas… ¡Ese es el problema!
Ejemplos de ello:
Un hijo que tiene que vivir con sus padres hasta que alcance cierta autonomía, teniendo en cuenta que son padres narcisistas.
Un alumno que está a merced de su profesor para aprobar una asignatura, teniendo en cuenta que se trata de un profesor neurótico.
Un empleado que tiene que soportar a su jefe para mantener su puesto de trabajo, teniendo en cuenta que se trata de un jefe tóxico.
O un cónyuge que depende económicamente del otro para dar de comer a sus hijos, teniendo en cuenta que este último es psicópata.
Cabe destacar que, estos no son simples ejemplos. Son situaciones que ocurren en la vida diaria y el método de la piedra gris es eficaz a la hora de tratar estos casos. Pero…
¿En qué consiste el método?
El objetivo de esta técnica es bastante descriptivo:
Alentar a aquellas personas con un lenguaje peyorativo, sarcástico o inadecuado, a cambiar su manera de comportarse con nosotros, valiéndonos de la sobriedad o la seriedad.
Imagina una roca… por mucho que alguien decida gritarla, humillarla o desprestigiarla, su reacción va a ser siempre la misma: indiferencia.
Indiferencia
Así pues, si una persona cercana a ti se victimiza o tiene una constante actitud negativa, lo primero que debes hacer es limitar tu foco de atención.
Prosigue con tus actividades, asignaciones o labores, y de vez en cuando suelta un monosílabo tipo: “ah ya” o “sí, me imagino”, en caso de que te esté hablando o expresando su negatividad.
Eso sí, haz esto con un aplastante tono de desinterés o indiferencia.
¿Qué logras al aplicarlo?
Prácticamente reducirás la carga sentimental de la reacción negativa del otro. En términos psicológicos, el método de la piedra gris es considerado sumamente efectivo porque elimina el refuerzo positivo, o en este caso, el alivio y el confort que siente la persona tóxica después de expresar su descontento.
Para entender esto un poco mejor… ¿Qué ocurría si reaccionáramos como un objeto inerte, neutro e inmóvil frente a personas que sabemos son tóxicas? Según la psicóloga Skylar, las personas desequilibradas o tóxicas perderán interés en nosotros.
Textualmente ella dice lo siguiente:
Cuando el contacto con una persona es consistentemente insatisfactorio para el psicópata, al carecer de reacciones emocionales intensas, su mente es reprogramada para esperar aburrimiento en lugar de drama.
En este mismo sentido, el manual de vida de Epicteto recoge una enseñanza magistral en uno de sus capítulos que lleva por título: “Nadie puede hacerte daño”; y expresa lo siguiente:
La gente no tiene la facultad de hacerte daño; incluso si te denigran, te golpean o te insultan, la decisión de considerar si lo que está ocurriendo es insultante o no, es tuya y solo tuya.
Desde el mismo instante en el que un tercero te expresa ira, disgusto o desprecio, tienes dos opciones encima de la mesa: aceptar el maltrato o rechazarlo. Y ambas dependen de ti.
Si desestimas por completo su anhelo enfermizo de buscar conflicto, o si te rehúsas a que sus juicios negativos te afecten, el único que sufrirá es él o ella.
Así pues… ¿cómo crees que reaccionaría tu madre sino saltaras ante sus acusaciones sin fundamento? ¿Cómo crees que contestaría tu hermano si no entraras a discutir con él cuando te provoca? ¿O cómo crees que actuaría tu maestro si no lo reprocharas cada vez que la toma contigo?
Lo más probable es que, tarde o temprano, esas personas se acabarán cansando de arrojar sus dardos a ti, pues necesitarán a otra víctima distinta.
Atención aquí…
El método de la piedra gris no debe confundirse con el consentimiento de actitudes violentas o con una actitud de pasividad constante, ya que esto únicamente dará lugar al acoso.
Pará un poco
Además de reaccionar de la manera más indiferente y neutral posible, para lograr que el agresor pierda interés en iniciar contacto social con nosotros, debemos también tomar ciertas acciones a sus espaldas en aras de protegernos de aquellas situaciones que le brindan poder. A esto se le llama: intervención indirecta.
La intervención indirecta implica comportarse de forma que no se pueda perder tiempo con el agresor: no contestes a sus indirectas y no te metas con él o devuelvas el ataque. Trata más bien de tomarte la situación con mucha calma, cada vez que tengas que estar cerca de él.
He aquí algunos ejemplos de intervención indirecta:
Mantén la fortaleza cuando tu compañero de clase o de trabajo te insulte, pero avisa a tu jefe inmediato o director encargado de que hay personas que no paran de entrometerse en tus asuntos y te están agrediendo.
Mantén la templanza cuando tu jefe te grite. Pero di “NO” con contundencia si te ordena trabajar mucho o más de lo estrictamente necesario, abusando de tu horario laboral.
Mantén la compostura cuando tu padre o tu madre te regañe, pero eso sí, invierte cada vez más tiempo en tus proyectos vitales y desarrolla una vida lo más independiente posible de él o ella, de forma que puedas evitar su maltrato.
El mensaje es claro: No des el privilegio de sentir que influyen sobre ti, pero tampoco te quedes de brazos cruzados en situaciones donde existe un abuso.
No esperes ni un minuto más
Es hora de aplicar el método de la piedra gris para dejar de ser el conejillo de indias de esa gente que es egoísta, que solo sirve a sus propios intereses o que cree que puede descargar toda su frustración contra ti.
Por: Adrian Alberto ∼ reencontrate.guru
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