Del libro “Magia Registrada”.


“La noche, de brazos abiertos, se sentó en el borde del misterio para contemplarla.

        La mujer de viento ejecutó una danza de filigranas en sombra, mientras el tibio aliento de una estrella peregrina dormitaba en el corazón de los sueños.

        En el último giro la mujer se elevó.

        La noche se abovedó para abrazarla y ella fue oscuridad, luz, cielo y pájaro invisible, en la fragilidad del universo”. 

 Rosa Lía Cuello


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