Abran el alma.

 Hoy les hago entrega del mejor regalo que les he hecho alguna vez. Y paradójicamente esta vez no se trata de un objeto material porque, según parece, mi realidad económica no permite que el sueño capitalista se concrete. Pero no me importa, porque lo que les voy a entregar trasciende el valor de cualquier moneda, no es posible imprimirlo en ningún billete. Su valor es incalculable, como ese tipo de cosas que el precio en el mercado de la vida lo dictamina el corazón.

 Hoy les regalo mi felicidad.

 Una felicidad madurada, adulta. Una felicidad artesanal, porque no existe en el mundo como ella otra igual. Porque es mía, porque me define, porque es genuina. Producto de un proceso de años de condensación de un cúmulo de sentimientos, sensaciones, seguridades, carcajadas, códigos y experiencias compartidas vividas que hoy caen como una lluvia de alegría que riega mi ser y lo revitaliza.

  Hoy les regalo mi felicidad.

 Y si la nobleza obliga, entonces me revelo y elijo que sean ustedes los únicos destinatarios de mi entrega, porque son los portadores de los derechos de co-autoría. Cada uno me aporta un porcentaje ecuánime a las acciones de este emprendimiento llamado yo, cuyo valor humano viene en alza desde hace unos años. Pero los rigores del mundo del negocio aquí no aplican, porque no existe posibilidad de bancarrota si no hay competencia. Y mi presente no busca eliminar a nadie, por el contrario, sólo deseo sumar emprendedores.

Hoy les regalo mi felicidad.

Hace mucho tiempo que quiero escribirles sobre todo esto que me acontece. Sin embargo, nunca pude hallar el momento preciso. Hoy me desperté y mis manos solas comenzaron a darle forma a este manifiesto. Que funciona como un documento, un legado que lo mira al tiempo a la cara y se mofa de su condición dictadora. Porque esto es eterno. Yo soy estas líneas, ayer, hoy y mañana.

 Hoy les regalo mi felicidad.


      Con ustedes de mi lado siento que no puedo perder. Me considero una mujer con suerte, que no es lo mismo que afortunada. La fortuna va y viene, y miles de almas grises cambiarían todo por poseer lo que yo tengo en este instante. Cuento con personas con una profundidad humana hermosa, pura y avocada exclusivamente a la única causa común que importa: nosotros.


      La certeza que me brinda su incondicionalidad. La firmeza de estos lazos que están mas enteros y firmes que nunca. Si en algún momento los días estuvieron nublados, hoy nos saluda un sol que encendimos en base a cariño puro, afecto del mejor y amor incondicional.


      Hoy les regalo mi felicidad, abran el alma para recibirla.

Anónimo.

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