POESÍA DE LEÓN GIL.

Hoy le dieron de alta
-no hacía sol ni había estrellas-
no salió en ambulancia
ni lo esperaban
familia y amigos
en coche

Salió con los ojos vendados
y una mano atada
a un árbol de sombras

Recordaba:
comer y beber todo aquello
que vaya directo al estómago
aliente solamente el cuerpo
y más bien
sirva de lastre a la mente

No indigestarse los ojos de sol
ni calentarse el corazón con ajenjo

Tratar de dormir
cerrando los ojos
por fuera a la luz
y a los fantasmas por dentro…

¿Qué otras cosas sufriría el pintor
caminando del manicomio a su casa?

León Gil.
Ilustración de Alireza Karimi Moghaddam

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